Mujer ucraniana llora en exequias de soldados ucranianos muertos en la guerra. Foto de Mykola Tys/EFE/EPA
Guerra de Ucrania, una confrontación entre oriente y occidente es una de las conclusiones a las que se puede llegar escudriñando el trasfondo de un conflicto que en pleno siglo XXI desafía el sentido racional de la especie humana, luego de venir de un siglo con dos guerras de exterminio masivo.
Fueron al menos 80 millones de muertos que arrojaron los dos conflictos mundiales, la Primera Guerra Mundial de 1914 a 1919 y la Segunda Guerra Mundial de 1939 a 1945. Confontaciones en las que practicamente se exterminó una generación.
A la anterior cifra hay que agregarle los otros millones de víctimas que a lo largo del pasado siglo XX y del XXI en curso, se han sumado dentro de las diferentes guerras que se libran en distintos paises del mundo.
La racionalidad sigue siendo derrotada por la bestialidad, en donde los adelantos de la ciencia y las tecnologías, en lugar de servir en el único propósito de preservar al género humano, han fortalecido el aparato destructivo para matar en mayor grado y con más precisión.
Esta vez el escenario en Ucrania lleva a la humanidad al borde de un cataclismo nuclear con Rusia y sus angares llenos de ojivas nucleares y por otro lado a los EEUU y sus aliados en la OTAN que están detrás del gobierno ucraniano defendiendo sus intereses de presencia y penetración en las fronteras rusas.
Un conflicto bélico en el que se podría afirmar se están enfrentando las dos visiones que han querido imponerse en el planeta,la occidental del capitalismo,el libre comercio y las libertades que otorga el modelo seguido de democracia, frente a la visión oriental que tiene su representante europeo en Rusia que viene de una transición del comunismo con la antigua URSS y está unida con sus otros aliados como China,Corea del Norte,India,Irán y demás.
Paises citados que siempre han ido en contravía con el modelo de vida de occidente que impuso EEUU a partir de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y su ascenso como primera gran potencia militar y económica, cuya hegemonía actualmente comparte con China que emergió como el gran coloso de la economía.
La guerra que comenzó en febrero de 2022 a partir de la invasión rusa a territorio ucraniano bajo la justificación de defender a la población rusa que estaba siendo agredida y que necesitaba protección,obedecía en el fondo a la gran preocupación y amenaza que el presidente Ruso Vladimir Putin veía en el factible ingreso de Ucrania a la OTAN la alianza militar de Estados Unidos y los países europeos del bloque occidental.
El tener a EEUU y sus aliados europeos respirándole en la nuca a Rusia con todo el arsenal militar que posee la OTAN y el despliegue táctico y estratégico en la puerta de entrada a Rusia, como lo es Ucrania, fue el motivo que precipitó el ataque ruso.
Ucrania es una nación que con su presidente Zelenski con el respaldo de EEUU y sus aliados ha levntado la bandera de la plena autonomía de Rusia,algo que para Putin era imposible de permitir, dejando que Ucrania quedara como una rueda suelta de su control bajo la influencia de las potencias de la OTAN.
Los lazos que unen a Rusia y Ucrania son ancestrales, a pesar que durante la Segunda Guerra Mundial se le asoció con el Nacional Socialismo Alemán y la presencia Nazi en la Europa Oriental, a tal punto de referirse sobre la existencia de un cuerpo militar de la SS que estuvo conformado por ucranianos.
Estaba claro que los ucranianos en este período de la historia no se alinearon con la revolución rusa, el comunismo y con Josef Stalin y, prefirieron buscar toldo aparte y aquí encontrarían el apoyo de los alemanes que buscaban por todo lado entrarle a los rusos.
Claro que de allí a decir que todos los habitantes de Ucrania fueron simpatizantes del nazismo, sería como afirmar que por el asesinato del líder estadounidense de raza negra Martin Luther King Jr., la mayoría de los habitantes de los Estados Unidos de raza blanca son racistas, algo que se sale de la realidad, a tal punto que EEUU tuvo con Barak Obama su presidente afro que fue además reelecto.
Sin embargo, si, se manifiesta especialmente por algunos sectores en Rusia la preocupación por la existencia del germen de un neonazismo en Ucrania visto con alguna permisividad por parte del gobierno ucraniano de turno.
El tema es que es inadmisible que en este juego geoestratégico de poderes por parte de EEUU y sus aliados por tomar ventaja sobre Rusia y del lado de Putin por detener cualquier alianza ucraniana con las potencias occidentales que comprometan su soberanía y control sobre el vecindario del territorio ruso, quede una población civil inerme con niños, jóvenes y adultos mayores,la población más vulnerable, padeciendo los efectos de la guerra con los bombardeos y constante zozobra en ciudades que han quedado cercadas viviendo el drama del desabastecimiento alimentario y el desplazamiento en busca de refugio para proteger sus vidas.
En pleno siglo XXI con los mayores adelantos tecnológicos,el ser humano sigue demostrando que ninguna especie animal,que se considere entre las más salvajes, alcanza a tener el poder de destruir a su propia raza como el mismo hombre.
Esta confontación armada que ha sido descrita por líderes mundiales como el Papa Francisco, como una especie de preludio de una tercera guerra mundial, no estaría lejos de serlo, a menos que los habitantes del planeta mas allá que sus gobernantes, que se acomodan de acuerdo a sus intereses políticos, se integren como un gran colectivo de pensamiento que levante su voz para detener los vientos de guerra, vinculándose todos los que guardan la fe en un mundo espiritual y en un Dios creador, uniéndose como un solo cuerpo dentro de una gran plegaria que logre despertar la consciencia universal que aleje al género humano del abismo de su autodestrucción.