Europa y Amèrica ven tambalear sus industrias frente ala arrasadora invasiòn de productos chinos que
tiende a aplastar una indùstria que es incapaz de competir con unos márgenes
que solo puede sostener una masiva producción del gigante asiático que dejando
de lado la calidad echa mano de los precios que terminan haciendo que la industria
de cada uno de los países pueda mantenerse con unos niveles de pèrdida. Es de
esta manera como la industria europea
trata de recuperar el terreno perdido frente a sus competidores de las economías
emergentes, en gran parte a causa de sus errores y excesos de confianza.
. Desde su entrada en la
Organización Mundial de Comercio (OMC), China se ha convertido en el principal
suministrador europeo con unos intercambios entre ambas partes de mil millones
de euros al día, pero también en el país más denunciado por ‘dumping’ o recibir
subsidios contrarios a la libre competencia. Según la Dirección General de
Comercio, las penalizaciones de la UE contra productos chinos en los dos
últimos años han alcanzado el récord del 43% del total.
Todavía bajo los efectos de la
crisis financiera y en medio de la mayor transformación tecnológica de la
historia, Europa se juega el futuro de su industria y, en consecuencia, su
lugar en el nuevo escenario económico internacional. Un informe de la Real
Academia de Ingeniería (RAI) elaborado por encargo de la Plataforma de
Innovación de Euro CASE (organización que agrupa a 21 academias de ingeniería
europeas) radiografía la situación del tejido industrial europeo. En el texto
se señala un tremendo error de cálculo: “La tesis de que era posible ceder el
sector productivo a áreas geográficas de salarios más bajos y con menos cargas
sociales reteniendo al mismo tiempo la capacidad de diseño y desarrollo en las
metrópolis ha demostrado ser absolutamente errónea. Evidenciando el hecho de
que cuando se cede la producción es solo cuestión de tiempo que se pierda
también la tecnología, el diseño y la capacidad de innovación”. El actual pulso
con China es una consecuencia directa del efecto bumerán contra la I+D europea
que ha provocado la deslocalización.
Colocando la mirada en el
otro hemisferio la producción de ropa, calzado y manufacturas, en varios países
suramericanos ha sufrido un duro golpe con esta invasión que deja caer avasallados unos frágiles sectores de la mediana y pequeña
industria que se quedan sin como responder.
La invasión comercial ya
empieza a presentar un panorama social preocupante que se asimila a un campo de
guerra desolado con incontables productores víctimas y empresas moribundas sin quien asuma
su defensa, dejando en el terreno millones de desempleados y familias al borde
del colapso ante la pèrdida del empleo de quienes le suministraban los medios para su sostenimiento con la quiebra de cada empresario
de la producciòn al que le es inviable continuar asumiendo una producción frente
a la invasión comercial china y su guerra de precios.
En cuanto hace referencia a un pais como Mèxico desde hace unos años se ha incrementado considerablemente la presencia de productos chinos en el mercado mexicano., en plazas comerciales, tiendas, supermercados, tienditas de 3 pesos, Barañas, tianguis y otros lugares, hay una invasión de artículos chinos a tal punto, que ya se hace raro encontrar sobre todo en ropa, zapatos y juguetes, productos hechos en México.
China es el segundo socio comercial de México, después de Estados Unidos, y México es el segundo socio de China en América Latina, detrás de Brasil.
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