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La firma del decreto ejecutivo por parte del Presidente Donald Trump en
donde los Estados Unidos se retira del Acuerdo Transpacífico, pone a pensar
seriamente en lo que pude ser el gran favorecimiento de China como el monstruo
comercial Asiático que va a empezar a imponer su liderazgo ante el vacío de
liderazgo ocasionado por la salida de los Estados Unidos de este grupo de
países, en lo que fue una de los grandes propósitos de la anterior
administración de la potencia del norte en donde se fortaleció la presencia
Americana como la nación aglutinante del bloque comercial Asiático, que dejó de
lado a China, en lo que se planteaba como una estrategia, según lo manifestado
en noviembre de 2016 por la agencia de noticias China Xinhua, que describió el
acuerdo económico como “el brazo económico de la estrategia
geopolítica de la administración Obama para garantizar el dominio de
Washington en la región”.
De esta manera es que todo el acuerdo trabajado durante 8 años con una
estrategia diplomática liderada por la Casa Blanca, logrando
reunir a países tan diferentes en cultura y visión, quedaría en la
nada ante la decisión tomada por el Presidente Donald Trump, haciendo valer una
promesa de campaña en donde prometió el retiro de Estados
Unidos del Acuerdo Transpacífico(ATP). Una promesa que tuvo muchaS simpatías en
quienes vieron con buenos ojos el hecho que la nación americana empezara a
retirarse de unos tratados comerciales que para buena parte del
pueblo americano desfavorecía y debilitaba a los sectores de la
producción interna, generando un colapso en las empresas, llevándolas a muchas
a la quiebra y produciendo una ola de desempleo, un
tema en donde el Presidente Trump ha ganado los mayores aplausos con su propuesta en marcha de crear nuevas fuentes de empleo bien remunerado para todos
los estadounidenses.
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El reto de Trump: conciliar entre el afianzamiento del liderazgo
americano en el Asía Pacífico y cumplirle al pueblo de los Estados Unidos
Sin embargo el reto que se plantea aquí es como el gobierno de Trump
logra conciliar entre el cumplirle a su pueblo con unos políticas y medidas
eficaces para el fortalecimiento del empleo bien remunerado y el
afianzamiento del liderazgo en los países del Asia pacífico para empezar a
contener el gigante Chino que con ímpetu ya ha salido a dialogar con los otros
países vinculados al acuerdo, ante la salida de la potencia
norteamericana.
Paises que ya empiezan a ser tentados por China para
acogerse a sus condiciones, a tal punto que en la pasada reunión anual del Foro
de Cooperación Económica Asia- Pacífico (APEC), celebrado en el mes de noviembre
de 2016 en Lima(Perú),el Presidente Chino,Xi Jinping, expresó a los líderes
reunidos allí que “ Ya es hora de asociaciones sólidas, soluciones con las que
todos salgan ganando iniciativas estratégicas”, dando a entender de forma
contundente, que China no se cerrará al mundo si no que se abrirá
más.
Todo corresponde a un ambicioso plan con el que China
pretende expandir sus inversiones que incluye a Pekín, la Asociación Económica
Regional Integral (RCEP) y el Área de Libre Comercio Económico de Asia
y el Pacífico (FTAAP).
De otra parte cuando el Presidente Donald Trump anunció sus planes para
los primeros 100 días en la Casa Blanca, dejó de mencionar una de
sus promesas de campaña como fue la de catalogar a China
como manipulador de divisas, prometiendo castigos como el establecimiento de
tarifas especiales para los productos Chinos, pero el hecho que el Presidente
Donald Trump haya guardado silencio sobre este tema y el entierro del ATP,
terminan siendo muy buenas noticias para China y sus pretensiones.