Pedro Castillo, presidente destituido y Diana Boluarte,vicepresidente que asume la jefatura de Estado de Perú.
Perú rompe record en tumbar presidentes tras la detención del actual presidente electo Pedro Castillo acusado de romper el orden constitucional, luego que en una intervención por televisión diera a conocer la disolución del congreso de Perú, llamando a nuevas elecciones parlamentarias y decretando el estado de excepción, atribuyéndose plenas funciones para gobernar por decreto.
Las medidas anunciadas por Castillo en un mensaje televisivo fueron una salida desesperada para impedir la declaratoria de vacancia del Congreso en razón de los señalamientos contra el exjefe de Estado y sus presuntas falencias para asumir con propiedad la conducción del gobierno.
Horas después de la declaración presidencial la mayoría de los congresistas aprobaron la vacancia del presidente, quedando en manos de la policía y la fiscalía, tras ser acusado de rebelión y de transgredir la constitución, desconociendo los otros poderes del establecimiento democrático, en lo que se tipificaría como una especie de intento de autogolpe de Estado, que desafortunadamente para él careció del respaldo de las fuerzas militares y de la policía peruana, que acataron la orden del poder judicial.
Según opinión de analistas políticos Castillo tenía descontentos a varios miembros de la oficialidad que quedaron por fuera de ascensos y reconocimientos por logros y tiempo de servicio, privilegiendo a los que eran considerados de sus simpatías.
Pedro Castillo, maestro de escuela rural de extracción campesina, había sido electo en el 2021 representando a Perú Libre, un partido de tendencia socialista, ganándole en unas estrechas elecciones a Keiko Fujimori, hija del exmandatario peruano Alberto Fujimori, quien luego de ocupar la presidencia por diez años de 1990 a 2000 fue juzgado y condenado en el 2007 por corrupción y crímenes de lesa humanidad, pasando 15 años en prisión,siendo liberado el 17 de marzo de 2022 por un indulto humanitario.
Antes de Castillo los otros presidentes destituidos y que pasaron desde el 2018 son: Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti.
A lo anterior se suman los otros expresidentes sobre los que cursan procesos judiciales como son Ollanta Humala, Alejandro Toledo, anotando que el expresidente Alan García sobre el que también existía una orden de detención, antes de ser aprendido tomó la decisión de suicidarse.
Ante la salida de Pedro Castilló asumió ante el Congreso la vicepresidente Dina Boluarte, siendo la primera mujer en portar la banda presidencial en la historia peruana.
¿Quién es Diana Boluarte?
Nacida en Chalhuanca, en la región surandina, más cerca de Cuzco que de Lima,a la que se llega luego de viajar siete horas y media por tierra, cuenta con 60 años de edad y al igual que Castillo fue en sus inicios maestra reemplazante en Coratuse,incursionando posteriormente en la política en el 2018 postulándose a la alcaldía del municipio de Surquillo y en el 2020 al congreso en las elecciones extraordinarias.Quedando por fuera en ambas ocasiones.
Se graduó como abogada en la universidad San Martín de Porres de Lima,e hizo en el mismo centro universitario una maestría en Derecho Registral y Notarial.
Depués de su paso por la educación, con su formación superior accedió al cargo de jefa de oficina de una de las sedes del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), durante 14 años.
Fue la fórmula vicepresidencial de Castillo,quien se caracterizó por su enorme sombrero de Chota, típico de su pueblo , y un lápiz gigantesco, que fue la imagen con la que se dio a conocer, reflejando al maestro campesino y desafiando el modelo tradicional de la política peruana,ganándose así el voto de la gente que optó por él en rechazo a los políticos tradicionales de corbata y cuello blanco salpicados de corrupción.
Siendo también de tendencia socialista, Diana Boluarte, expone un discurso que deja atrás el radicalismo, propendiendo por la unidad nacional y la concertación entre los diferentes sectores sociales, gremios y partidos políticos.
En lo que tiene que ver con el expresidente Castillo se habla de una transgresión que tendría una pena entre 10 y 20 años que le inhabilitarían de volver a ejercer cargos públicos, de ratificarse las imputaciones hechas por la junta de fiscales en cabeza de la fiscal Patricia Benavides.
La posesión de la vicepresidente Boluarte ha generadodo también manifestaciones de rechazo por parte de algunos sectores que ven en ella la continuidad del gobierno de Castillo, dada su filiación izquierdista y, la complacencia de buena parte de los miembros del parlamento, sobre los que la opinión pública expresa inconformidades por el manejo que desde el legislativo se le ha dado a temas tan cruciales como la corrupción.