Imagen de trabajadores agrícolas aplicando fertilizantes.Foto tomada de rpp.pe
El acceso a fertilizantes urge para evitar crisis alimentaria, luego de la extensión del conflicto entre Rusia y Ucrania.
La afectación por la guerra rusa-ucraniana que toca a los paises importadores de maiz y trigo,se extiende a los países que también producen y exportan alimentos, quienes dependen de los fertilizantes que deben importar, pero con las interrupciones en el suministro y las restricciones comerciales, los precios de los insumos agrícolas se han elevado, encareciendo los alimentos y prendiendo la alarma ante las alzas que golpean con fuerza a los países de menor desarrollo.
Según datos entregados en el portal de la Organización de las Naciones Unidas, desde principios del mes de junio de 2022 había 310 medidas comerciales activas en 86 países que afectan a los alimentos y fertilizantes de las cuales el 40% son restrictivas.
Medidas inminentes
Son varias las medidas inminentes que los gobiernos de los países deben adoptar, entre las que se presenta en primer lugar la reducción de las demoras y la disminución de los costos de cumplimiento, suprimiendo los trámites o tramitocracia innecesaria para la importación de determinados productos.
Fortalecer la producción interna de fertilizantes
El fortalecimiento de la producción interna de los fertilizantes e insumos agrícolas, es también uno de los puntos prioritarios para cumplir, por lo que se requiere de la financiación de los fabricantes, importadores y comerciantes.
Dentro de las recomendaciones entregadas por los expertos de Naciones Unidas se halla la necesidad de establecer mecanismos crediticios a corto plazo y garantías con el apoyo de actores internacionales.
Otro aspecto que se contempla es que la utilización de los fertilizantes sea más racional para evitar el desperdicio, ya que el exceso de uso de componentes como el nitrógeno trae efectos que son nocivos para el medio ambiente y cambio climático.
Se observa por ejemplo que mientras los países desarrollados gastan en promedio 100 kilogramos de fertilizantes por hectárea,África subsahariana gasta unos 15 kilogramos por hectárea,cifra que muestra la gran descompensación que se debe equilibrar para lograr que sea posible abastecer a los países con mayores dificultades de conectividad vial entre el campo y las ciudades, por las grandes distancias y la carencia de buenas vías.
Entre las iniciativas planteadas para enfrentar este hecho se encuentra la mayor reducción posible de los precios de los insumos agrícolas,bajando aranceles de importación.
Los europeos ya habían desde 1992 con las reformas de la Política Agraria Común PAC de la Unión Europea, en donde los precios agrícolas se estandarizaron más con los precios mundiales, aumentando los incentivos para utilizar los fertilizantes de forma más eficiente.
Inversión en investigación e innovación
Entre los factores claves se encuentra el de la investigación e innovación para sacar a la luz metodologías que sirvan para incrementar la producción por cada kilogramo de fertilizante usado.
En este sentido está la búsqueda de productos y tecnologías que sean amigables con el medio ambiente y que pongan un fuerte énfasís en lo orgánico con los biofertilizantes para la fertilización y recuperación de tierras agotadas por su excesivo uso, los cuales además de ayudar en los problemas de suministro, también reducen el impacto de los fertilizantes en el clima,en las fuentes de agua como rios y quebradas y en el suelo.
Son en esta línea varios los métodos que aparecen, entre los que se encuentra el fertiriego que integra la fertilización con el riego usando fertilizantes en cantidades que se miden y establecen por medio de sensores.
Cada gobierno en su país en regiones como América Latina, tiene el compromiso de plantear políticas de manera urgente para responder con soluciones que aporten a la problemática del abastecimiento de alimentos, mirando desde ya hacia un futuro inmediato.