Rosa Grillo en su máquina de coser. Imagen tomada de captura de video de entrevista con el periodista Jorge Ramos.
Rosa Grillo es un testimonio que la vida le quitó a la muerte,siendo una de las últimas sobrevivientes de una de las mayores masacres cometidas en suelo argentino.
La localización está en la provincia argentina del Chaco, en donde el reconocido periodista Jorge Ramos va a las entrañas de la historia de dolor de uno de los pueblos indígenas asentados en esta región de América, para encontrarse con una de sus mujeres protagonistas.
¿Cómo te sentís?,le pregunta Jorge Ramos, a lo que le responde la anciana en su lengua nativa, con tono pausado pero seguro: ¡muy bien!
Entre tanto ella sentada en una pequeña silla acciona una de las primeras máquinas de coser de marca Singer,moviendo con sus pies el pedal de la vetusta máquina para dar la puntada sobre la tela.
¿Qué estás haciendo? le pregunta el periodista argentino.
"Mosquiteros y ropa vendo para quienes quieran venir acá", responde la anciana.
Respuesta que sale de los labios de la tierna anciana en su lengua natal,reflejando en su rostro marcado con sus muchas arrugas, la huella de los años que dejaron atrás el sufrimiento inenarrable del horror que siendo muy niña vivió,como una de las sobrevivientes, junto con sus abuelos, de la vil masacre Napalpi, en donde perdió a su familia.
Continuando con el reportaje le dice: "salgo en moto con mi nieto y de salud estoy sana,afirma serenamente la anciana".
Recordando los hechos,según la investigación promovida por la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía Federal de Chaco, la organización civil Fundación Napalpí y el Equipo Argentino de Antropología Forense EAAF, la “Masacre de Napalpí” tuvo lugar el 19 de julio de 1924 en la Colonia Aborigen Napalpí, Provincia del Chaco, Argentina,dándose la matanza de al menos 700 personas indígenas, incluidas mujeres, ancianos y niños,todos aborígenes de las etnias Qoom y Mocoví, a manos de la policía chaqueña y grupos de estancieros(personas dedicadas a la agricultura y ganadería en estas tierras).
De acuerdo a la reconstrucción histórica, quienes no murieron por los impactos de armas de fuego de los agresores fueron degollados con machetes y hachas,siendo una de las masacres más grandes cometidas en Argentina en el pasado siglo XX.
Asi es que la abuela Rosa Grillo, viviendo en su chagra con los alimentos que le da la tierra, con un trago de vino que no le falta en la comida,como una buena tradición argentina, y, pidiéndole a Dios que le de aún más años, con su caminar lento, pero firme, apoyada con su bastón,se convierte en el testimonio viviente de los sobrevivientes que se levantan como una sola voz para acallar la impunidad,la injusticia y la violencia que a través de la historia se ha cometido con las comunidades marginadas y atropelladas por quienes les han negado una segunda oportunidad sobre esta tierra.
Artículo basado en crónica del periodista Jorge Ramos,director del sistema informativo de ChacoTV canal argentino.
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