Casa ecológica de barro construida con principios de permacultura. Foto tomada de www.assimquefaz.com
Permacultura ¿podrá servir para rescatar la civilización humana?, es una pregunta que se formula cuando la desbordada contaminación del aire, del agua y de los espacios vitales, el desmedido incremento de la criminalidad y la violencia, como también las convulsiones sociales, junto al desempleo y la carestía de los alimentos, hace necesario volver a mirar hacia el campo con estilos de vida saludables en armonía con la naturaleza.
Las personas en las ciudades grandes viven como en selvas de cemento, con un pavimento que se vuelve hostil con los extremos climáticos por el fuego abrasador de las temporadas de sol y por el frío intenso de los inviernos, en un aire que comienza a tornarse en algunos puntos casi irrespirable, por la polución y la cantidad de partículas imperceptibles a los ojos pero reales y elevadamente perjudiciales a los pulmones, que terminan siendo envenenados, llevando al torrente sanguíneo y a los demás órganos los efectos de esta contaminación.
De allí que la permacultura se convierta en una opción.
El origen de esta palabra se remonta al año de 1970 en donde los ecologistas australianos Bill Mollinson y David Holmgren, empezaron a plantear varias propuestas con la intención de establecer sistemas agrícolas estables, partiendo de la premisa del envenenamiento de la tierra y del agua, ocasionado esto por la utilización de métodos agroindustriales, trabajando de esta forma en la recuperación de billones de hetáreas de suelo que anteriomente eran fértiles.
Estas ideas con el paso del tiempo fueron calando en varias comunidades del planeta, pudiendo encontrarse actualmente varios grupos humanos organizados que habitan en plena armonía con la naturaleza y el medio ambiente, aprovechando de foma sostenible los recursos naturales como la energía solar y los mismos desechos orgánicos, para producción de abonos naturales y energía limpia.
La permacultura se ha desarrollado en las últimas décadas con la construcción de viviendas con elementos amigables con la naturaleza, aplicando técnicas de agroforestía, bioconstrucción, techos y ventanas con páneles solares y sistemas de captación de aguas, para aplicar eficientemente los principios del aprovechamiento de los recursos naturales renovables.
De esta forma es que esta especie de filosofía de vida se convierte con sus principios en una forma de dar respuesta a los desafíos actuales de la humanidad, que enfrenta el crecimiento desproporcionado de las ciudades, sin ningún orden, con grandes flujos de personas migrantes que llegan de otros países y lugares, huyendo de la violencia, del hambre y buscando oportunidades; uniendo a lo anterior los efectos de las temperaturas extremas en el planeta.
Entre estos principios éticos que promueve la permacultura estan:
La protección y regeneración de los ecosistemas y de los recursos naturales que incluye el suelo, el agua y la biodiversidad de flora y fauna.
Asi mismo está la promoción del bienestar físico, emocional y social de las personas, incorporando modelos cooperativos y de trabajo en comunidad.
De otra parte, también se haya el reparto equitativo de los excedentes, utilizando y distribuyendo los recursos de manera justa y sostenible, evitando el desperdicio y promoviendo la autosuficiencia.
Esta forma de vivir implica estudiar y aprender del entorno natural antes de actuar, aprovechando en su máxima expresión los recursos naturales como el sol, el agua y el viento.
Entre los principios importantes que establece la premacultura está crear sistemas equilibrados que produzcan recursos útiles como alimentos y energía, enfatizando en la alimentación con base en productos orgánicos, libres de químicos y venenos nocivos al organismo, como también el reciclaje, transformando los residuos en recursos.