viernes, 3 de mayo de 2013

CONTINUA AMENAZA DE VIOLENTOS A PERIODISTAS EN COLOMBIA EN DÍA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

INFORME DE FEDERACIÓN COLOMBIANA DE PERIODISTAS REVELA DATOS  
      INQUIETANTES SOBRE AMENAZA A LIBERTAD DE EXPRESIÓN  
                                                                                       Por Marco Antonio Reyes                                                                                                                        Tomado informe Fecolper
Foto: Nelson Lombana word press.com


  


El temor ante el retorno a la época de frecuentes asesinatos a periodistas ensombrece esta celebración mundial y nuevamente pone sobre el tapete la reflexión sobre la seguridad a la hora de informar.
 

 En el Día Mundial de la Libertad de Expresión, la Federación Colombiana de Periodistas, FECOLPER, quiere llamar la atención sobre la persistencia del riesgo para ejercer la tarea informativa, pese a los avances en normatividad y seguridad, manteniendo el oficio periodístico como uno de los más peligrosos.
La sociedad colombiana aún no ha dimensionado el fundamental papel que cumplen los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación en coyunturas como las negociaciones entre el gobierno nacional y el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, o el descubrimiento de los vínculos de amplios sectores de la política nacional y departamental en casos de corrupción o como parte de las estructuras criminales del narcotráfico.
Este abandono del gremio periodístico aumenta su vulnerabilidad frente a los intolerantes, a la vez que en algunos casos fomenta el desconocimiento de sus derechos laborales por parte de los propietarios de medios de comunicación.

Entre avances y retrocesos para los periodistas en Colombia
Análisis de Libertad de Prensa 2007 – 2012
 La Federación Colombiana de Periodistas, FECOLPER, presenta un reporte y conclusiones del balance que ha hecho de los últimos 5 años en torno a la seguridad para el ejercicio periodístico (Ver informe completo aquí).
Dicho documento parte del análisis regional de la situación de la libertad para informar. Así, encontró que Antioquia, Cauca, Magdalena, Santander, Tolima, Arauca, Valle del Cauca, son los departamentos del país que más han reportados acciones violentas en contra de los periodistas y los medios de comunicación, en los últimos cinco años. En éstos la presencia de las guerrillas, las bandas criminales, el narcotráfico o la política, son los principales factores de riesgo.
Por otra parte, aborda temas como las conductas contra la vida, seguridad e integridad física y moral de periodistas, el exilio del que son víctimas y ataques contra los medios de comunicación.
Disminución de asesinatos a periodistas pero persisten condiciones de riesgo.
Dos días antes de la celebración mundial del día de la libertad de expresión, el periodista Ricardo Calderón fue víctima de un atentado del que afortunadamente salió ileso.  Calderón, director de investigaciones de la Revista Semana, ha develado preocupantes casos de corrupción al interior de las fuerzas de seguridad del Estado, lo que permite inferir la autoría de estos hechos.

La relevancia de este periodista, por pertenecer a un medio nacional y la calidad de su trabajo, mereció inclusive pronunciamientos por parte del Presidente de la República y el compromiso del Fiscal General de la Nación de adelantar una investigación pronta para encontrar a los responsables.
Sin embargo, la disminución de los homicidios a periodistas en los últimos años no conlleva necesariamente a concluir una mejora absoluta en el respeto por la libertad de informar.
Siguen sucediendo casos de periodistas asesinados, amenazados y/o agredidos, lo mismo que ataques frecuentes a instalaciones de medios de información, especialmente comunitarios, por parte de poderes administrativos, políticos y económicos del orden público y privado, del crimen organizado, o de los actores armados en conflicto.
El 2011 y 2009 fueron los años críticos en términos de amenazas en contra de los periodistas. En el 2011 se reportaron 67 amenazas, mientras en el 2009 se registraron 47.
En el periodo de análisis se pueden identificar como las principales fuentes de amenaza a los periodistas el cubrimiento de noticias de orden público, corrupción y los dos procesos electorales, el primero en el segundo semestre de 2007, para la elección de mandatarios locales y el segundo para la elección de senado y cámara de representantes.
La frecuencia e impunidad de este tipo de hechos ha venido acrecentando una cultura de intolerancia hacia los informadores entre la misma ciudadanía, que se cree con el derecho a dirigir con violencia verbal o física el sentido de la información, o de ‘enderezarla’ cuando no se alinea a sus gustos e intereses.
 Desde el 2007 FECOLPER ha registrado 25 periodistas asesinados, 13 intentos de homicidio y cerca de 243 amenazas.
Muchas veces la intención es “notificar” al comunicador de la incomodidad que genera su trabajo para los agresores, por lo que la agresión no llega hasta el homicidio, pero el efecto de las amenazas o los intentos de homicidio es devastador no sólo para la víctima directa sino para todo el gremio, que recibe el mensaje como una advertencia para todos.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo señaló que en los últimos tres años ha recibido 25 quejas de periodistas y comunicadores por amenazas de muerte y 48 denuncias por conductas que vulneran sus derechos.
Estas preocupantes cifras no permiten calificar a Colombia como un país seguro para ejercer el periodismo. A lo anterior se suma la decisión de muchos comunicadores de no denunciar, por temor o por considerar que esa es una consecuencia lógica de su oficio, lo que necesariamente implica un subregistro de las agresiones.
 Ahora, más allá del reflejo estadístico de la ausencia de denuncias, debe ponerse de relieve el efecto nocivo de esta situación en el derecho de los ciudadanos a estar informados.  Las presiones sobre los periodistas limitan su capacidad de informar sobre temas relevantes para la sociedad y fomentan el manto de impunidad con el que actúan los corruptos y violentos en Colombia.
Responsabilidades
En un alto porcentaje, los responsables de las conductas criminales contra periodistas son los grupos paramilitares, quienes pactaron su desmovilización con el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero que al parecer, resistiéndose a perder el poder económico y militar que derivan del narcotráfico se reagruparon ahora con etiquetas como el de “Águilas Negras”, y denominados por el gobierno colombiano como “bandas criminales”-Bacrim, catalogándolas como grupos de delincuencia común y negándose a reconocer su actividad en el conflicto.

Aunque la Ley de Víctimas no reconoce a las Bacrim como actores del conflicto, dificultando el reconocimiento de los sujetos de sus acciones como víctimas de la violencia y la investigación de sus acciones, el Presidente de la República dio la orden a la fuerza pública de enfrentarlas, creando de esta manera una zona gris en cuanta la normatividad aplicable, especialmente la referida al derecho internacional humanitario.
Debe resaltarse grupos delincuenciales ya han arremetido contra periodistas, como ocurrió en Ibagué, donde Juan Manuel Escobar sufrió amenazas.
Desafortunadamente la fuerza pública tiene gran responsabilidad por acción en las conductas restrictivas a la libertad de expresión.
Las cifras manejadas por FECOLPER sobre detenciones ilegales en el periodo de análisis de este informe, suman 20 acciones de este tipo en contra de periodistas. Los responsables de estas detenciones y privaciones injustificadas de la libertad están referidas a miembros de la fuerza pública.
En el periodo de análisis se presentaron 183 hostigamientos o presiones de las autoridades y funcionarios públicos para que no se lleve a cabo los cubrimientos y las restricciones al acceso a los lugares donde se presentan hechos noticiosos.
Impunidad, un pendiente constante
La declaratoria como crimen de lesa humanidad de delitos cometidos contra periodistas, como el caso de Jineth Bedoya, si bien puede representar una relevancia dada por el aparato judicial para la investigación de estos casos, puede llevar al prolongamiento de términos cuyo efecto práctico es una dilación sin términos del proceso penal.

Más allá de hacer esta especial declaratoria, como crimen de lesa humanidad, FECOLPER insta a los organismos de la rama judicial a garantizar la celeridad y eficacia de las investigaciones penales.
Por otra parte, FECOLPER reseña información recibida sobre presuntas irregularidades en el caso de la periodista Maria Elena Salinas Gallego, reportera de Radio Nutibara y profesora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Medellín. El 5 de marzo del 2000 su cadáver fue hallado en el lugar conocido como El Capotal, del municipio de San Carlos, departamento de Antioquia. El Ejército aseguró que había muerto en combate y que era guerrillera del ELN.
Además, es necesario que la sociedad civil envuelva en la misma protección pedida para los periodistas a los trabajadores de los medios.
Por ello, debe recordarse casos como el de Héctor Sandoval Muñoz, camarógrafo de RCN TV, y Walter Hayder López, conductor del mismo canal, quienes resultaron afectados durante el cubrimiento al secuestro de los diputados de la Asamblea del Valle del Cauca en el 2002, por el fuego cruzado entre soldados y miembros de las FARC.
Protección
Aparte del reconocimiento que merece la Unidad Nacional de Protección (UNP) por su intención de superar las deficiencias del extinto Programa de Protección de Periodistas del Ministerio del Interior, aún persisten deficiencias atribuibles a excesivos trámites, términos prolongados para la adopción de decisiones y los rezagos de la desconfianza sembrada por el proceder de liquidado Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, como espía de periodistas en lugar de protectores de ellos.