martes, 30 de enero de 2024

El envejecimiento ¿se puede detener?

 

                                 Foto tomada de 800noticias.com

El envejecimiento ¿se puede detener?, es una intención que desde la antigüedad se intentó por medio de una búsqueda afanosa de una sustancia o elixir de la eterna juventud.

De lo anterior dan cuenta los llamados alquimistas que en épocas  pasadas de la historia  se sumergieron en los misterios del elemento sobrenatural que se suponía tenía el poder de detener el envejecimiento y devolver la juventud.

Sin embargo, a pesar de esta incesante búsqueda, aún la ciencia actual ha tenido la imposibilidad de hallar ese elemento o  compuesto que pueda devolver la juventud.

Pero a pesar de ello, lo anterior tampoco es obstáculo para que diferentes personas relacionadas con el ámbito de la salud hayan presentado sus tesis sobre ciertos métodos o prácticas que pueden retrasar el envejecimiento de la persona.

Esto  podría verse desde una dimensión que va más allá de la física o mejor dicho de la sola mirada a lo que es el cuerpo humano y su deterioro por el paso del tiempo, ya que ateniéndonos a una cosmovisión espiritual cimentada en los principios de la fe judeocristiana que han inspirado a la civilización occidental, se puede pensar que al considerar al ser humano como una realidad integrada de un cuerpo físico, una mente o pensamiento y un espíritu, es este último, el espíritu, el componente que nunca muere, es eterno y por lo tanto tampoco envejece.



                                      
Partida de Abraham, según József Molnár.

Este planteamiento se presenta muy en consonancia con las historias encontradas en los relatos de las escrituras hebreas o de sus libros sagrados, en los que se relata la vida de los primeros patriarcas que fueron personas de muy avanzada edad y que a pesar de sus años en el calendario, lograron procrear y realizar grandes hazañas, cómo es el caso de Abraham que tuvo su primer hijo Isaac a la edad casi de los 100 años y de Moisés, quien después de los 70 años fue el encargado de liberar a los hebreos del yugo egipcio, enfrentándose a la autoridad del faraón.

Esto para mencionar solo dos de los casos más importantes en donde se relaciona la capacidad de restauración y rejuvenecimiento que se puede tener cuando hay un enfoque en la dimensión espiritual, que es precisamente lo que presenta el libro sagrado, ubicando por encima del cuerpo al espíritu, que según la fe y doctrina judeocristiana  jamás muere ni envejece.

También hay algunos antecedentes cuando se va a la experiencia que viven los monjes budistas que dedican su vida a la meditación, pues casi está comprobado que en su mayoría  estos hombres llegan a una gran longevidad, reflejando una edad muy inferior a la que tienen. De  allí que sea interesante involucrarse en este tema de rejuvenecimiento y de la búsqueda de una Juventud perdida por el paso de los años.

Aquí se  llega a algunos puntos en común que se pueden tomar como referente para quienes aspiren a retrasar su periodo de envejecimiento.

El primero que viene  es el estrés

El estrés se podría considerar como uno de los males más comunes de la era contemporánea y se genera a partir de la presión que se tiene por una vida que corre con gran velocidad, enfrentando tensiones, problemas y perdiendo la tranquilidad mental.

Situación  que conduce a que el cuerpo vaya teniendo un deterioro que se va reflejando cada vez más en cada uno de los signos que demuestran el envejecimiento. Por ello  uno de los temas a enfrentar es el estrés y esto se logra con hábitos que traigan tranquilidad, siendo uno de ellos precisamente la meditación y la oración, el buscar momentos para aquietar la mente, para liberar los problemas, las preocupaciones y dejar que la mente se desocupe de cargas emocionales que llevan a que el cuerpo sienta los efectos y las células empiecen a envejecer.

Saber respirar

Las técnicas de respiración, así parezca algo muy elemental, son fundamentales a la hora de evaluar los efectos de un organismo deteriorado por el estrés.

Los orientales y particularmente los practicantes del yoga y la meditación Zen, le dan mucha importancia a la respiración, convirtiéndose prácticamente en un ritual de vida que conecta al cuerpo humano con la energía del universo y lo libera de cargas negativas en su interior.

Esto implica que saber respirar bien, inhalando el aire con profundidad y lentamente, para llenar los pulmones, siendo plenamente consciente de ello y exhalarlo gradualmente soltando toda la tensión interna, se convierta en una de las mejores terapias que se puede integrar además  en secuencias con la meditación y el ejercicio físico.

El ejercicio 

A propósito del ejercicio es este  otro aspecto importante que está vinculado con  el movimiento.

Todo en el universo se mueve, el agua, el aire, los planetas y los seres vivos están llenos de una energía que está en movimiento, de allí que el principio del movimiento está en todo ser humano, por lo que si se aspira a retrasar el proceso de envejecimiento hay que empezar por moverse y, eso se consigue a través del ejercicio que posibilita  que el organismo se mueva y deje de encontrarse estático.

El movimiento permite que la sangre fluya por todos los órganos, alimentándolos y haciendo que  se regeneren, que se viva mejor y que el tiempo de la vejez se demora en llegar, o al menos la persona encuentre su edad adulta en mejores  condiciones de salud.

 Lo que se come

El tercer aspecto importante está en lo que se come. Bien lo decía Hipócrates el padre de la medicina griega cuando afirmaba lo siguiente: “Que lo que comas sea tu medicina y que tu medicina sea lo que comas”, razón por la cual la comida se convierte en el más importante tratamiento para toda enfermedad, ya que al alimentarse de una forma balanceada el organismo está fortaleciendo todo su sistema inmunológico que es al que le toca enfrentar las enfermedades, por esto es que un organismo debilitado con mala nutrición, fácilmente es víctima de la enfermedad y el envejecimiento tiene mucho que ver con ello, ya que cuando hay una buena alimentación también se da una buena circulación de la sangre y así mismo una buena regeneración celular, de aquí que sea muy importante considerar dentro de las dietas todos los vegetales como son  las verduras, las hortalizas, la leguminosas, las frutas, todos los productos de la tierra y ojalá  libres de haber sido tratados con pesticidas o fertilizantes químicos, pues mientras más naturales haya sido su producción mucho mejor resulta para la salud humana.

En ese sentido coge mucha fuerza la agricultura orgánica, que es la que se realiza con base en fertilizantes y pesticidas que vienen de la misma naturaleza y están libres de químicos de laboratorio.

El sol

Otro elemento fundamental que juega a favor o también puede ser en contra es la luz solar.

Y es que esta cuando se recibe de una manera gradual y sin exceso, llena el organismo de energía que posibilita que el proceso metabólico se equilibre y que la enfermedad se vaya o en caso de estar la persona enferma  ella también pueda acelerar su proceso de recuperación.

De otra parte está comprobado que cuando se expone la persona  a la luz natural del sol se favorece la producción de serotonina en el cerebro, que es el neurotransmisor que permite la interconexión de las neuronas.

De allí que algunos teóricos han llegado a afirmar que las personas que viven en sitios donde hay muy poca exposición a la luz solar tiendan a caer en estados de melancolía, depresión y tristeza, que en últimas llevan a que la calidad de vida de la persona se vaya deteriorando, ya que una persona triste definitivamente  está recortando su vida.

Por eso la luz solar es importante, sin embargo, los excesos también pueden jugar en contra, pues cuando hay una exposición exagerada a los rayos solares se pueden tener efectos nocivos afectando la piel. Se  recomienda en este sentido que la luz que se va a tomar sea la de la mañana, en las primeras horas del día, pues en la tarde los rayos del sol calientan con mucho más intensidad.

La exposición tampoco puede ser exagerada y se deben tener algunos elementos que brinden protección en caso de un exceso de luz solar en situaciones como las temporadas de calor, tal es el caso de los sombreros o gorras y de las sombrillas que ayudan a mitigar los efectos de la radiación solar sobre el rostro y el resto del cuerpo.

Saber descansar

Dormir bien es otra clave para retrasar este proceso, y, es que no es solamente es tenderse en la cama; hay que pensar en que cuando se duerme se debe descansar bien.

A la cama no se deben llevar las preocupaciones, los problemas, hay que liberarse de todo, dejar la mente en blanco, la cabeza sobre la almohada y dormir, el sueño tiene la capacidad de reparar al organismo. Es como cuando una batería sin carga nuevamente es conectada con un enchufe a un toma de corriente para que se vuelva a llenar de energía. El sueño es la forma de recargar esa batería o pila humana que tiene cada una de las personas; descansar es recuperarse, repararse, regenerarse; un buen sueño es una de las mejores medicinas. Cuando se trabaja sin descanso se corre riesgo de ir deteriorando el organismo, a tal punto que se acelera el proceso de envejecimiento. Saber descansar es una de las claves fundamentales para retrasar el deterioro del organismo humano.

Superficies adecuadas para dormir

Claro que también se recomienda una buena superficie para descansar y en este sentido se sugiere que ojalá sea una parte plana para que la columna y todas sus vértebras se puedan reacomodar. Tal vez  en primer momento deje de ser cómodo, pero para la salud es mejor una superficie plana que unos colchones abullonados. Lo anterior tampoco quiere decir que se dejen de usar los colchones, sino que hay que saberlos escoger.