Manifestantes palestinos increpan a soldados israelíes. Foto de Raneen Sawafta/Agencia Reuters 2021.
¿Cuándo los árabes se hicieron enemigos de los israelitas?, es una pregunta que se formula en este momento en donde se vive uno de los más algidos instantes del conflicto entre arabes palestinos y el Estado de Israel.
Para conocer las raíces del fenómeno hay que remontarse al origen de estos dos pueblos que tienen un tronco común, viniendo de un mismo padre biológico como lo fue el patriarca Abraham, quien al encontrar que la promesa hecha por Dios de tener un hijo en su ancianidad con su esposa Sara se demoraba demasiado, se precipitó y con el consentimiento de su esposa buscó un hijo con otra mujer de nombre Agar, una egipcia que le servía en condición de esclava.
De esta manera es como nació Ismael, pero finalmente Abraham vio cumplida la promesa de Yavé con el nacimiento de su hijo, al que puso por nombre Isaac.
Ante la demanda de su esposa Sara, Abraham debió exigirle a Agar que junto con su hijo se marchara de su campamento, debiendo salir al desierto en donde el socorro de Dios le llegó recibiendo de parte de Él la promesa que su hijo daría origen a otro gran pueblo, que resultó ser el pueblo Árabe.
Estos acontecimientos son descritos en el libro del Génesis que hace parte tanto de la Biblia cristiana como también de la Torá judía.
De hecho los árabes convivieron durante cientos de años con los judíos y hasta llegaron en ocasiones a mezclarse con ellos, luego de los exilios forzados que tuvieron de su territorio los israelitas, tras guerras e invasiones como la de los babilonios que con su rey Nabucodonosor atacaron Jerusalén, destruyendo el templo y deportando a babilonia en condición de esclavitud a buena parte de la población, hechos que condujeron a la desintegración de israel como un reino, esplendoroso, quedando reductos de comunidades en estos antiguos territorios. Todo se produjo luego de la muerte del rey Salomón en donde el antiguo territorio del reino de Israel se dividió en dos: Judá e Israel, dando origen a otras comunidades como fue la de los samaritanos, ubicados en Samaría(nuevo israel dividido de Judá), y cuyos habitantes fueron posteriormente segregados por los judíos ortodoxos que no los reconocían como legítimos practicantes de la religión judía y herederos de las promesas de Dios.
Imagen actual de comunidad de samaritanos, quienes nunca dejaron esta tierra y hoy son una pequeña minoría.Foto tomada de israeldesdeadentro.com
Con la llegada del imperio romano que impuso a la fuerza su dominio sobre esta región del medio oriente, estos territorios formaron parte de lo que se denominó como "Palestina" que incluía a la capital religiosa Jerusalén en donde estaba el Templo que congregaba a los judios, pero también Samaría, en donde estaban las comunidades que se habían mezclado y que enfrentándose a los judíos tradicionales se negaban a reconocer a Jerusalén como centro de adoración a Dios, teniendo ellos su templo en el monte Gerizim, por lo que eran fuertemente rechazados por las autoridades religiosas judías, siendo vistos como herejes.
En el año 70 de la era cristiana con la invasión de Jerusalén y destrucción de su templo por parte de las legiones romanas comandadas por Tito hijo del emperador Vespasiano, se produjo la gran diáspora que llevo a que gran parte de los judíos abandonaran su territorio regándose especialmente por toda Europa.
Sin embargo, hubo muchos que no se fueron y varios terminaron convirtiéndose a la fe cristiana, posteriormente buena parte de los habitantes que allí quedaron, de diferentes comunidades, adoptaron la fe musulmana con la invasión de los pueblos creyentes en el Islam.
Hasta allí el conflicto entre judíos y árabes era inexistente.
A mediados del siglo XIX, el territorio que hoy constituye el Estado de Israel formaba parte del Imperio turco otomano y estaba poblado principalmente por árabes musulmanes (algunos de ellos, beduinos), árabes cristianos, así como judíos y otros grupos minoritarios.
La población judía se fue incrementando gradualmente por la inmigración producida por numerosos pogromos acaecidos en diferentes puntos de Europa del Este y el norte de África.
La cuestión es que junto a las comunidades judías religiosas tradicionales, en la segunda mitad del siglo XIX se dio un nuevo inmigrante judío, que era secular y socialista y que intentaba reclamar la tierra trabajándola. Asi surgieron comunidades agrícolas como Mikveh Israel en 1870, Petaj Tikva en 1878, Rishon LeZion en 1882.
Los nuevos asentamientos judíos se constituyeron en comunidades agrícolas de carácter colectivista que formaron los llamados kibuts, que a su vez fueron celulas fundamentales para la formación del nuevo Estado de Israel, para ellos dentro de la tierra prometida desde Moisés. Imagen de Kibut. Foto tomada de www.pikiwiki.org.il
Culminando el siglo 19 , León Pinsker y Theodor Herzl tomaron la iniciativa de buscar el apoyo internacional para lograr una patria judía en Palestina, si bien ninguno de los dos consideraba a Palestina como la única región para el estado judío.
En 1897 se llevó a cabo el Primer Congreso sionista en donde se proclamó la decisión de establecer una patria para el pueblo judío en Eretz Israel.
Hasta aquí la confrontación entre estos dos pueblos no existía hasta que llegó la I Guerra Mundial (1914-1918) y estando en disputa este territorio entre el imperio turco otomano y el británico, los británicos consigueron el apoyo de los pueblos árabes que habitaban allí, bajo la promesa que ganando la guerra se les reconocería su independencia, con el derecho a la posesión de la tierra a las comunidades de lengua árabe y fe musulmana.
Pero el gobierno del Reino Unido que estaba en pugna contra los otomanos por este territorio, antes de de ratificar lo acordado con los pueblos árabes, en convenio con los representantes de las potencias aliadas el 2 de noviembre de 1917 firmó una declaración respaldando el establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina.
Texto de la carta en inglés dirigida por el ministro de relaciones exteriores británico Arthur Balfour al banquero judío Lionel Walter Rothschild.
El documento fue conocido como la declaración Balfour, dado que fue sellada en una carta del ministro de Relaciones Exteriores británico Arthur Balfour, dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, acaudalado banquero, líder de la comunidad judía en el Reino Unido, gran promotor del sionismo, quien también apoyo los nuevos asentamientos de judíos en este territorio.
Arthur Balfour ministro de relaciones exteriores británico. Foto tomada de BBC.
Al parecer los británicos intentaron congraciarse con los poderosos capitalistas judíos de los EEUU pro sionistas, quienes incidirian en el ingreso de la potencia americana a la gran guerra, con una participación que fue decisiva, sobre todo con el apoyo en recursos, armas y logística, para enfrentar con éxito el final de la guerra.
Lionel Walter Rothschild, promotor de la instalación del Estado de Israel. Foto tomada de BBC.
Millares de judíos llegaron en masa a Palestina pero ante las enconadas protestas de los pobladores palestinos árabes, el gobierno británico de ocupación empezó a ejercer un severo control sobre esta migración.
Pero vendría luego la Segunda Guerra Mundial (1938 -1945) y el Holocausto con el genocidio de 6 millones de judíos, hecho que vino a presionar con mayor fuerza la aceptación de la creación de un nuevo Estado judío.
Desde 1922, los mandatarios líderes de las potencias habían autorizado la creación de la Agencia Nacional Judía, que desde ese momento pasó a ser el principio de un verdadero Estado, en tales condiciones, el flujo inmigratorio fue en ascenso hasta 1939 cuando el Reino Unido impuso una restricción casi total a dichas inmigraciones.
De esta forma la inmigración de judíos a este territorio aumentó desde 1930 por la difícil situación política y económica en Europa y la persecución de los nazis en Alemania.
Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945 y al amparo de las organizaciones pro-Estado de Israel se produjo una migración masiva organizada; además, aparecieron grupos armados formados por judíos (como el Leji y el Irgún), que atacaron la ocupación británica con diferentes actos violentos.
De esta forma, ante la imposibilidad de resolver un problema cada vez más complejo, el Reino Unido recurrió a las Naciones Unidas, que, en la reunión de 29 de noviembre de 1947, decidió la partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, quedando Jerusalén bajo la administración de las Naciones Unidas.
La mayoría de los judíos en Palestina aceptaron esta decisión, pero los árabes la rechazaron por completo.
Mapa del territorio dividido con las zonas demarcadas de los palestinos y el territorio que ocupa el Estado de Israel.
Al mismo tiempo los británicos anunciaron su intención de retirarse de Palestina. Aquí se inició la violencia entre las comunidades judías y árabes, tomando forma de guerra civil.
Los judíos al plantear declarar un Estado independiente, tuvieron el rechazo de los árabes.
Las fuerzas británicas desocuparon finalmente el territorio el 14 de mayo de 1948, fecha en la que los judíos liderados por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, de acuerdo al plan previsto por las Naciones Unidas.
Desde aquí en adelante arranca el gran conflicto que enfrenta a israelitas y árabes palestinos.