jueves, 7 de julio de 2022

La batalla increible que unió dos enemigos en guerra

Castillo de Itter. Foto de archivo.

La batalla  increible que unió dos enemigos en guerra nos traslada a uno de los episodios que pueden considerarse como únicos en la historiografía de las confrontaciones bélicas en  del mundo en  donde unidades de dos  ejércitos que  son enemigos a muerte se unen para librar un combate en la que ha sido  considerada una de las batallas más extrañas que se haya registrado.

El momento se remonta a los  primeros días del mes de mayo del  año de 1945 en el desenlace final  de la Segunda Guerra Mundial en donde los ejércitos del llamado Eje: Alemania,Italia y Japón se enfrentaron a los aliados constituidos por Inglaterra,Estados Unidos y Rusia,anterior Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

El lugar de esta sin igual batalla fue  el castillo de Itter, ubicado en los Alpes austriacos.

Fortificación del siglo XIII  construida  como una fortaleza para  contener las embestidas de las fuerzas enemigas invasoras que tuvieron en el  imperio turco otomano el más poderoso adversario.

El castillo es renovado en 1878 y transformado en un hotel en la primera década de 1900.


      Ubicación del castillo de Itter.


Pero al quedar Austria absorvido por el  gobierno nazi alemán,incorporándose su territorio al Tercer Reich sus condiciones de ser un sitio de hospedaje para turistas cambio para convertirse en una prisión, bajo el control administrativo  del campo  de concentración de Dachau a cargo de la SS, el cual estaba  a 145 kilómetros de distancia.

Hitler había  establecido lugares como el castillo de Itter  para prisioneros considerados de algún rango  aristocrático,social,político, mérito deportivo o reconocomiento científico, en la medida que al parecer le  podrían ser útiles como rehenes e  instrumentos de negociación con los aliados,especialmente con Inglaterra y Estados Unidos,antes de pensar en asesinarlos, llevándolos a un campo de exterminio.

Por otra parte el poderoso aparato propagandístico nazi se valía de todos los medios para seguir hacer creyendo al pueblo alemán y aún al mundo que desconocía de  todas sus atrocidades,que la causa suya era justificada y que lo que se decía del exterminio judio era ireal.

En el año final de la guerra en la lista de  los prisioneros ilustres dentro del castillo estaban: los primeros ministros franceses: Édouard Daladier y Paul Reynaud, el tenista  Jean-Robert Borotra,convertido en político, ganador de cinco Gran Slam:  Winbledom(1924 y 1926), Roland Garros (1924 y 1931) y Open de Australia (1928) y a quien apodaban “el vasco volador” por haber   nacido en Domanine de Puy, cerca de Biarritz, y tener la capacidad  de volear en las condiciones más acrobáticas.

También estaban en el grupo: la hermana mayor del general Charles de Gaulle, Marie-Agnès Cailliau-de Gaulle, nacida en París  y quien constituyó junto con su esposo el ingeniero Alfred Cailliau, un centro muy activo de la resistencia francesa hasta ser capturada por la Gestapo; el  comandante en jefe del ejército francés Maurice Gamelin, destituido a finales de mayo de 1940 y posteriormente arrestado por la Francia de Vichy, el general Maxime Weygand sucesor de Gamelin hasta el armisticio,el líder político  François de la Rocque y el líder  sindical  Leon Jouhaux.

La hermana mayor del general Charles de Gaulle, Marie-Agnès Cailliau-de Gaulle junto al mayor John Kramer. Foto de archivo Segunda Guerra Mundial.

A este grupo de personalidades se unían algunos de sus familiares y otros presos del campo de Dachau,quienes tenían las tareas de  limpieza y mantenimiento del castillo.

Los vigilantes o guardianes eran 25 integrantes  de las SS, la mayoría de edad avanzada y sin experiencia en la lucha armada, quienes veian su labor aquí como una manera de evitar estar en el frente de guerra o participando de los horrores de los campos de concentración y muerte.

La guerra avanzaba en el resto de Europa mientras que en este rincón alpino pareciera que no se sintiera la intensidad del conflicto que en abril de 1945 ya entregaba la noticia del suicidio de Hitler en su bunker y del ingreso de las tropas rusas a Berlín.

El final de la guerra estaba cerca y varios jefes alemanes  empezaron a buscar fugarse del cerco formado por las tropas aliadas que avanzaban para copar el territorio dominado por los alemanes.

De esta manera es que ante esta situación el  comandante del campo de Dachau  Eduard Weiter se suicida,hecho que conduce a que el nuevo comandante del castillo Sebastián Wimmer  decida abandonarlo en la madrugada del 2 de mayo con su esposa, siguiéndolo también  sus hombres al mando, ante la inminente llegada del ejército aliado, no sin antes mostrar un signo de humanidad al prometer a los prisioneros franceses que se encargaría de garantizar que las tropas alemanas que estaban en el sector les respetaran la vida.

La  realidad es que una de las  órdenes  finales dejadas por Hitler era que se les quitara la vida a todos los prisioneros,antes de dejarlos en libertad con el ingreso de las fuerzas aliadas.

Lo cierto es que Wimmer podía hacer muy poco para cumplir su promesa, logrando tan solo contactar a un oficial de la SS que se recuperaba cerca de allí de sus heridas,solicitando su apoyo,ante lo cual este acudió vistiendo de nuevo su uniforme para dirigirse al castillo.

Los prisioneros quedaron solos en el castillo, sin embargo,los generales franceses Weigand y Gamelin  animaron al grupo a decidirse tomar la sala de armas para aprovisionarse de metralletas,fusiles, pistolas y explosivos,previendo que unidades de la SS que siguian órdenes cerradas del Führer,arribaran a cumplir con el cometido del exterminio de todos los prisioneros.

Pero la situación era que las armas no les bastaban y necesitaban pedir ayuda. Algo muy complejo pues podía ser más fácil encontrar en la redonda soldados alemanes de la SS dispuestos a no dejar un prisionero con vida.

Aquí apareció el arrojo y valentía de Zvonimir Cuckovic, un prisionero que venía del campo de  Dachau para hacer labores de electricista, quien se ofreció para cumplir la arriesgada  misión, saliendo en bicicleta la mañana del 3 de mayo.

Cuckovic recorrió ocho kilómetros hasta lograr divisar un grupo de uniformados que para su ingrata sorpresa eran alemanes.


Mayor Josef Gangl. Foto archivo Segunda Guerra Mundial.

La unidad de la Wermacht estaba al mando del mayor Josef Gangl,quien para sorpresa de  Cuckovic estaba a favor de terminar la guerra, contando con 34 años de edad y una brillante carrera militar con una cruz de hierro de segunda clase y la cruz de oro alemana.

El oficial del ejército alemán conociendo los crímenes que las SS estaban cometiendo en su retirada,brindó ayuda a  los prisioneros del castillo.

El mayor  Gangl envió  a Cuckovic en dirección a Innsbruck, ubicada  a unos  60 kilómetros de allí, donde pensaba  que había unidades del ejército de los Estados Unidos.

Mientras tanto Gangl cogió la dirección contraria con sus 20 hombres que lo acompañaban,pretendiendo rendirse al primer grupo del ejército aliado  que encontrara,dando  a conocer la situación de quienes se encontraban en el castillo.

Cuckovic por su parte antes de unos 30  km de Innsbruck se encontró con uniformados  de la División de Infantería 103 de los Estados Unidos.

El comandante del grupo el mayor John Kramer al conocer la situación de quienes seguian en el castillo de Itter envió una fuerza integrada por  cuatro cazacarros, tres Jeep y un pelotón de infantería. Pequeña  fuerza que desafortunadamente  fue detenida en inmediaciones  de la población de Wörgl por la artillería alemana, quedando sin poder avanzar rapidamente hacia el castillo.

La  suerte de quienes estaban en el castillo quedaba a merced de lo que pudieran hacer para defenderse con sus pocas armas tomadas de la armería de la fortificación, con el escaso conocimiento militar de la mayoría,exceptuando los dos generales que estaban con ellos.

El teniente Lee con los alemanes planean la defensa del castillo.

Sin embargo, al mayor Gangl le fue diferente y alcanzó a contactarse con un grupo del batallón acorazado 23 de los Estados Unidos.El oficial informó de la situación del castillo ofreciendo su cooperación  para el rescate.

Asi es como  el 4 de mayo salen hacia el castillo de Itter el  teniente John C. Lee  con dos tanques, un grupo de soldados estadounidenses y los 23  soldados alemanes de Gangl.

Estrategicamente el teniente  Lee en el camino  dejó uno de los tanques sobre un puente para evitar que fuera destruido, llegando en poco tiempo  a las proximidades  del castillo.

En ese momento  se produjo un primer cruce  de disparos con las SS, que al ser repelidas se retiraron  a los bosques.

La noche  cayó  y al fin los ansiosos huespedes de Itter vieron llegar la ayuda que finalmente los sorprendió por el número de hombres y capacidad bélica de sus defesores: siete soldados estadounidenses,un tanque Sherman y un camión con 20 soldados  alenanes,una fuerza en realidad exígua para enfrentar a las unidades  de las SS.

El único refuerzo adicional que se obtuvo fue el de otro soldado alemán y dos miembros de la resistencia austriaca, que el mayor  Gangl logró contactar  por radio a través de la red de grupos antinazis de la  resistencia austriaca del  pueblo de Wörgl.

El teniente Lee, que por demás según los biografos resultó ser antipático para los franceses, con el mayor Gangl, empezaron a organizar la defensa, que basicamente consistía en lograr resistir hasta que llegaran los refuerzos, pues no había la forma de evacuar en los vehículos a los retenidos en el castillo.

Pero apenas eran un poco más de  las 11 de la  noche  ya empezaron a sentirse los disparos de fusiles y ametralladoras sobre el castillo.

Alrededor de 150 hombres de la SS de la División 17 de granaderos atacaban con furia el castillo.

Afortunadamente para los defensores las paredes compactas de la fortaleza  evitaron  que los proyectiles pudieran traspasar la construcción.

Entre  tanto los prisioneros,desatendiendo la orden de resguardarse, decidieron tomar las armas para unirse a  la defensa.

Eran 30 hombres más Lee y Gangln los que combatían contra no menos de 150 miembros de la SS,de allí que no quedaba más que aceptar el apoyo de los rehenes.

El feroz tiroteo se extendió hasta el amanecer del 5 de mayo en que hubo algo que empezó a poner la suerte en contra de los valerosos defensores.

Al ataque de las SS se sumó  un cañón antitanque de 88 mm que empezó a causar estragos.

El fuego contra el castillo se volvió más intenso en la medida que avanzaba el día y  los mortiferos proyectiles del cañón produjeron un golpe letal a los defensores al impactar el tanque Sherman que ardió en llamas y del cual afortunadamente lograron salir  vivos sus tripulantes.

En el castillo también se sintieron los cañonazos y uno de los proyectiles destruyó la habitación del general francés Gamelín,quien por fortuna no se encontraba allí.

La preocupación empezó a apoderarse de Lee y Gangl, quienes buscaban afanosamente ubicar la posición del cañon que dejaba  varias bajas entre los defensores alemanes.

Pero ubicando  el cañón enemigo para neutralizarlo Gangl sube a un punto elevado del castillo y se descubre,siendo alcanzado por un francotirador que lo hiere de muerte.

Ante tal situación los SS  recrudecen su ataque y empiezan a mover el cañón hacia la puerta del castillo para el asalto final.

Entre tanto la intensidad del fuego de los defensores hace que su munición se agote,de allí Lee decide hacer que prisioneros y combatientes resistan en la torre del castillo, preparando las bayonetas para un combate cuerpo a cuerpo.

La desesperada situación ante el inminente asalto y la no llegada de los refuerzos, hace que  Borotra se ofrezca como voluntario para salir a encontrar y  guiar a quienes se suponen debían venir en auxilio.

El deportista de manera audaz en un breve cese de disparos logra burlar el cerco   de las SS saliendo del castillo e internándose en el bosque en dirección al pueblo de Itter.

Mientras tanto el mayor Kremer había logrado superar el hostigamiento y de esta forma avanzar,llegando hasta el sitio donde se encontraba el tanque que Lee había dejado cuidando el puente.

Ya son aproximadamente  las tres de la tarde y Lee, teniendo  las municiones agotadas con los soldados  defensores arman sus bayonetas,mientras los detenidos junto a ellos, reunidos en la torre del castillo esperan el desenlace final.

Los miembros de la SS están prestos a derribar con el cañón la puerta del castillo y dar el asalto total contra unos defensores que en minoría habían ofrecido una defensa épica.

Una batalla muy similar a la del fuerte del Álamo en norteamérica, pareciera cumplirse en Itter con la defensa heróica y sacrificio final de sus defensores.

Pero en este momento cuando las SS estaban en las puertas de la fortaleza dispuestos a masacrar a sus defensores se escucha una poderosa voz.

Era la  voz de los Sherman que llegaban cerca a la puerta del castillo de Itter  acompañando al mayor Kremer y sus hombres que llegaban al rescate.

El sonido  retumbó en el área de  la fortaleza  e hizo que los atacantes que daban por hecho su victoria, salieran rapidamente  en retirada  huyendo hacia el bosque.

Estadounidenses y alemanes que por primera vez en la guerra habian combatido juntos, y los prisioneros liberados,  recibieron con júbilo la llegada de Kremer.

El teniente Lee  se despide de los alemanes luego de concluida la batalla. Foto de archivo Segunda Guerra Mundial.

Al final el teniente Lee fue ascendido a capitán y condecorado luego con la Cruz de Servicios Distinguidos y con la Estrella de Plata.

Por otra parte al mayor Josef Gangl,quien murió en la batalla del castillo, el gobierno de Austria  lo designó héroe nacional.

Una historia que reunió a dos enemigos en la segunda gran guerra, alemanes y estadounidenses,uno de los  cuales representado por el mayor Gangln con sus 20 hombres, prefirieron  combatir a favor de la vida de prisioneros indefensos, desatendiendo la orden que cumplian los que estando en su mismo bando, obedecian al exterminio y destrucción irracional.