lunes, 2 de enero de 2023

Lula da Silva, la posesión de un resucitado


Presidente de Brasil Luiz Inázio Lula da Silva. Foto tomada de tunota.com

Lula da Silva se posesiona a sus 77 años por tercera vez como presidente de Brasil tras haber derrotado a Jair Bolsonaro quien ejerció como mandatario en el período anterior en representación de los sectores de industriales  y de derecha.

Luiz Inácio Lula da Silva bate el record como el primer presidente en repetir en tres elecciones 2003- 2006 reelecto en el 2007-2010 y nuevamente elegido para el período 2023 -2026.

Una resurrección política

Esta tercera elección para Lula da Silva representó una resurrección política, luego que muchos de sus contradictores vieran su carrera política destruida tras su condena a un año y medio de prisión que generó un escándalo de corrupción por presunta malversación de fondos,hecho  que fue ampliamente divulgado por la prensa.

Primero  Lula fue acusado de recibir sobornos de la constructora OAS y  condenado a nueve años y siete meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Entre las acusasiones en su contra estuvo el aceptar la remodelación de un apartamento de lujo en Guarujá, a cambio de favorecer a OAS en sus negocios con la estatal Petrobras.

El proceso judicial contra el entonces aspirante presidencial se presentó en la nueva campaña a la presidencia,  que dada la reclusión de 580 días de la que fue objeto, le impidió ser candidato en las elecciones de 2018.

Finalmente la apelación de la defensa jurídica  de Lula  logró en el 2021 que el Tribunal Supremo anulara las  dos causas por errores e irregularidades procesales, de un fallo que había sido emitido por el juez Sergio Moro, devolviendo a Lula su libertad y sus derechos políticos.

Entre los cuestionamientos estuvo, que, al ser electo Jair Bolsonaro como nuevo presidente,procedió a llamar a Santiago Moro para que fuera su Ministro de Justicia, ( quien fue el juez que había condenado a Lula). 

Por último la mayoría de la Sala Segunda del Tribunal Supremo Federal (STF) consideró que el exjuez Sergio Moro no había sido  imparcial en el enjuiciamiento por corrupción del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en el marco de la Operación Lava Jato, concluyendo  que Moro había violado los derechos del exmandatario en varias ocasiones, incluyendo cuando grabó secretamente las conversaciones entre Lula y sus abogados, y las filtró a la prensa.

Lula obtuvo así de nuevo la victoria electoral a pesar de carecer de  la gran popularidad con la que entregó su primer gobierno(por encima del 80%), la cual se vio reducida en esta ocasión por estos escándalos, alcanzándole sinembargo, para derrotar a Jair Bolsonaro, quien tuvo difíciles momentos durante el período de la pandemía del Covid, con la crisis de la economía, los problemas sociales, el incremento de los niveles de pobreza y el inquietante tema del cambio climático con los voraces incendios forestales en la Amazonía brasileña; haciendo así que emergiera de nuevo la evocación del gobierno de Lula.

Este gobierno  había dejado una reducción de la pobreza con programas sociales como Hambre Cero y Bolsa Familia, que contribuyeron  a sacar de la pobreza a unas 30 millones de personas en menos de una década, beneficiando con el programa Bolsa Familiar a 52 millones de personas que corresponde al 27% de la población,teniendo también un rol importante en la esfera mundial en el tema del cambio climático y llevando a que Brasil fuera considerado entre los países de mayor crecimiento en en su economía.

Una historia de superación

La historia del presidente Lula ha sido una lucha constante contra los momentos adversos desde cuando pequeño padeció la escasés de la pobreza, naciendo en 1945 como el séptimo hijo de una pareja de  labradores analfabetos, viviendo en una casa de piso de tierra, sin energía eléctrica, ni agua canalizada, con muchas carencias en  la zona semiárida  del Estado Pernambuco.

De tal forma que a sus siete años  se subió en un camión con su madre y hermanos para encontrarse con su padre y buscar un mejor destino en el sur, ubicándose en la zona litotoral de Sao Pablo, empezando a trabajar en el muelle de Santos  como vendedor ambulante y lustrabotas,  para ayudar en su hogar, trasladándose posteriormente con su madre  y hermanos a la ciudad de Sao Pablo, haciéndose en su adolescencia ayudante de tintorería.

Pero las pruebas siguieron templando su carácter y tras concluir sus estudios básicos de primaria consigue un  empleo a sus 14 años  en una empresa metalúrgica y luego de llevar tres años trabajando, a sus 17  en un accidente laboral pierde uno de los dedos de su mano izquierda.

Lula ingresa a la actividad sindical en donde encuentra las condiciones para forjar su liderazgo y convertirse en la persona que, siendo un trabajador más, se convirtió en el primer presidente brasileño  obrero, elegido por el Partido de los Trabajadores que él ayudó a constituir  y con  el cual logró aglutinar, además de los tradicionales sectores de izquierda, a tendencias sociales y progresistas que lo asumieron como su líder.

Una vida en donde el infortunio lo ha llevado a convertirse en un hombre fuerte con las pérdidas de su primera esposa e hijo y la de su segunda con la que contrajo nupcias, unido a un cáncer de laringe en el 2011 que pudo superar y un escándalo de corrupción que presagiaba su fin en la política, de lo que consiguió salir avante como si hubiera resucitado 

Lula se quedó viudo en dos ocasiones: en 1969 perdió a Maria de Lourdes da Silva, dos años después de casarse, por errores médicos tras una hepatitis y una anemia. Después, en 1974, se casó con Marisa Letícia, el gran amor de su vida y madre de sus cuatro hijos, quien fallece en 2017, víctima de un derrame cerebral.

Hecho que él adjudicó  a la intensa presión social y judicial que le tocó enfrentar con su esposa por  las denuncias de corrupción en su contra.

Recientemente  contrajo matrimonio con Rosângela da Silva, más conocida como Janja, socióloga de 55 años de la que se enamoró cuando estaba en la cárcel.

De esta forma Lula da Silva coge de nuevo las riendas del gigante suramericano con la promesa que los brasileños volverán a ser felices,teniendo como prioridades la reactivación de la economía, el combatir el hambre,la pobreza, defender el amazonas de la deforestación, protegiendo a las comunidades indígenas que allí habitan y haciendo que Brasil vuelva a destacarse en la esfera internacional.