Guerra antidrogas fracasó en 50 años, afirmó el presidente de Colombia Gustavo Petro, durante el XXII Consejo Presidencial Andino que se cumplió en Lima-Perú.
La tajante expresión del jefe de Estado colombiano estuvo argumentada por unas cifras que a lo largo de cinco décadas de lucha contra los estupefacientes deja al menos un millón de latinoamericanos muertos,la mayoría de ellos colombianos,mexicanos y centroamericanos, con un balance de 70 mil personas que están perdiendo la vida en los Estados Unidos por otras drogas, que como el fentanilo,ha dejado de ser tocado por esta guerra de los gobiernos contra el tráfico de narcóticos,unido lo anterior al número de millones de norteamericanos presos.
La exposición realizada por el mandatario colombiano desnuda a su vez lo que se presenta como la que se podría considerar como la otra acción fallida con la política carcelaria, en cuanto a que pese a encontrarse varios cabecillas de las organizaciones de narcotraficantes tras las rejas pagando extensas condenas en cárceles de los EEUU,al interior de los paises, como Colombia, las estructuras del tráfico de narcóticos se renuevan y mutan a otras formas, diversificándose con nuevas actividades en las ciudades como la microextorsión y el secuestro express,con grupos atomizados en distintos núcleos o bandas que han abierto mercados internos con el llamado microtráfico que envuelve cada vez más a una población de menores de edad que son iniciados en el consumo a temprana edad y quienes son inducidos a su vez a participar en barrios y colegios del expendio de drogas y del sicariato.
La gravedad del caso es que los números de jóvenes y niños adictos e involucrados con acciones delictivas crece frente a una respuesta de los Estados que se quedó siendo casi que eminentemente represiva y policiva,sin atender los factores que generan vulnerabilidad como es el pleno acceso a la educación en todos los niveles y al empleo, a la formación en artes,y la promoción de la recreación y el deporte que paradojicamente a pesar de contar en ocasiones con los escenarios,los presupuestos para pago de educadores y monitores se esfuman,como también los de alimentación de los escolares de instituciones públicas,que son de menores recursos y habitan en comunidades más deprimidas.
Entre la lamentable estadística que arroja esta larga lucha contra el comercio ilegal de alucinógenos se encuentra la calificación que muestra a varias grandes ciudades latinoamericanas, en las que se traza el recorrido de la exportación de la cocaina, como las más violentas del mundo, por encima de varias urbes en paises en donde se desarrollan guerras internas y tribales, en continentes como el africano.
Este hecho de no replantearse, según lo indicado por el presidente de Colombia,avisora un panorama sombrío con la proyección de otro millón de latinoamericanos muertos por homicidio,otro tanta cifra similar de latinos y norteamericanos,la mayor parte de raza negra,recluidos en las cárceles,sumándole a este balance por lo menos 2'800.000 de estadounidenses muertos debido al consumo de diferentes tipo de drogas, algunas de las cuales, como el fentanillo, mayor cantidad de víctimas deja, sin ser producido en los paises latinoamericanos.
El fentanilo se obtiene a partir del opio y fue desarrollado en el año de 1959 para servir como calmante a pacientes con enfermedades crónicas,
siendo actualmente utilizado en el tráfico ilícito de narcóticos para hacer rendir la heroina y cocaina, con un saldo fatal de muertos.