viernes, 23 de septiembre de 2022

¿Coca vs petróleo?, el nuevo paradigma de la guerra antidrogas


Estragos ocasionados por derrame de petróleo en la Amazonía ecuatoriana. Foto tomada de vistazo.com y Efe.

¿Coca vs petróleo?, el nuevo  paradigma de la guerra antidrogas, es el que se plantea luego de la primera intervención del presidente colombiano Gustavo Petro en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La elocuente intervención que ha tenido aplausos pero también acérrimas críticas de sectores políticos de oposición ha puesto en primer plano el liderazgo de un gobierno latinoamericano que le habla firme y con voz exigente a las potencias mundiales y a los dueños de los grandes capitales comprometidos en grandes inversiones para extracción de petróleo y minerales.

La propuesta pasa por darle un  vuelco total al objetivo que hasta el momento ha  tenido la estrategia centrada en buscar la destrucción de la planta de la coca, con la fumigación masiva con glifosato, el cerco a sus cultivadores y la persecución frontal contra quienes constituyen la red ilegal que la comercializa.

El vehemente discurso de Gustavo Petro comenzó con una frase muy consonante con el realismo mágico de García Márquez, diciendo: 

"Vengo de la tierra de las mariposas amarillas y de la magia.Allí en las montañas y valles de todos los verdes, no solo bajan las aguas abundantes,bajan también los torrentes de la sangre". "Vengo de un país de belleza ensagrentada".

Entre lo particular del discurso y que ha tenido posiciones encontradas, está el paralelo hecho entre el petroleo y la coca, expresando como mientras a la coca se le ha hecho la más atroz guerra que ha dejado un millón de latinoamericanos muertos,la mayoría colombianos,dos millones de ciudadanos estadounidenses encarcelados,la mayor parte afrodescendientes, bosques, suelos y rios envenenados con glifosato y comunidades desplazadas. Guerra  que no ha  logrado detener el consumo.

De otra parte están los detractores que cuestionan el discurso viéndolo como  una cierta apología a la droga y al narcotráfico que no deja de ser una actividad criminal que ha lesionado a la sociedad y a los valores que la constituyen, radicalizando un discurso ambientalista contra el petróleo y las grandes empresas inversoras que puede hacer que el país quede aislado de la esfera internacional.

Por otro lado en defensa  del presidente Petro está el informe entregado por las Organización de las Naciones Unidas, revelando un  incremento de la temperatura del planeta en 1.5 gr  que supera la expectativa que proyectaba esta  cifra  para el 2030.

Una guerra fracasada

La descripción literaria del jefe de Estado colombiano fue el preámbulo de su intervención, calificando la guerra contra las drogas como una "guerra fracasada"trayendo a relación además de  las estadísticas de muertos  latinoamericanos, los estragos ocasionados a una población víctima, la mayoría campesinos y comunidades indígenas que han quedado padeciendo en un territorio envenenado por un lado y por el otro en medio de la violencia que suscita la guerra entre los grupos armados ilegales que se disputan el control de  las rutas de la droga.

El presidente colombiano Gustavo Petro interviniendo en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

"Mi país no les interesa sino para arrojarle venenos a sus selvas, llevarse a sus hombres a la cárcel y arrojar a sus mujeres a la exclusión".Dijo el presidente Petro culpando a las políticas económicas de países desarrollados por la devastación de la selva amazónica, considerada el pulmón del mundo ante la amenaza del calentamiento global.

"La selva se quema, señores, mientras ustedes hacen la guerra y juegan con ella. La selva, el pilar climático del mundo, desaparece con toda su vida. La gran esponja que absorbe el CO2 planetario se evapora", dijo Petro.


Sembrados de plantas coca en Colombia. Foto tomada de la razon.co

La defensa de la Amazonía, que comparte Colombia con  Brasil,  Perú y Ecuador, hecha por el mandatario colombiano,  vuelve a sacar a la luz inquietantes informes de organizaciones como Amazon Watch, que reveló como: "entre 1964 y 1990, Texaco — comprada por Chevron en 2001 — vertió ilegalmente más de 59 mil millones de litros de desechos tóxicos y 63 millones de litros de petróleo crudo en la Amazonía ecuatoriana, afectando directamente a los territorios indígenas".

Así mismo, según el informe: "más de 480 mil hectáreas de bosque han sido contaminadas y al menos 30 mil personas afectadas. Los desechos llegaron a Brasil y Perú.De otro lado la compañía Occidental Petroleum (OXY), que operaba en Perú entre 1975 y 2000, echó miles de millones de litros de desechos tóxicos a los bosques y ríos de la región".

A su vez un estudio epidemiológico en Ecuador encontró que, para las personas que viven en áreas productoras de petróleo, el riesgo de diversos tipos de cáncer era decenas de veces mayor que el promedio de la población, encontrándose  elementos altamente tóxicos en aguas cercanas a las operaciones petroleras en la Amazonía, como cadmio, mercurio, plomo, cloruro de potasio, níquel, cobre y otros.

Los informes de varios años atrás, según esta ONG, se enfrentan al hecho que cinco de las principales instituciones financieras del mundo  invertieron casi US$ 6 mil millones en proyectos de extracción de petróleo en la Amazonía occidental en los años, de 2017 a 2019.

Las palabras del jefe de Estado colombiano fueron un cimbronazo a los delegados de todos los paises miembros, entre ellos los de las grandes potencias quienes son las más comprometidas con la elevada demanda de combustibles fósiles que se buscan extraer por parte de grandes compañías  de lugares como la selva del Amazonas.

"Les demando acabar con la irracional guerra contra las drogas"enfatizó Gustavo Petro.

Finalmente el jefe de Estado colombiano propuso la posibilidad de canjear deuda externa  de su país y del resto que tiene parte de selva, por inversión  para rescatar la Amazonía.