Foto:Desminado de Ingenieros Militares de Colombia
Uno de los temas más cruciales en el Acuerdo
de Paz al que llegó el gobierno
colombiano del presidente Juan Manuel Santos Calderón y la jefatura del movimiento
alzado en armas FARC, fue el de la presentación del mapa completo donde está el
registro de todos los territorios y zonas rurales en donde los miembros de esta
organización guerrillera ubicaron minas antipersonas. Esta situación se ha puesto
en primer plano al estar adelantándose en este momento acciones de desminado en las zonas de
reagrupamiento de los insurgentes, lo que ha levantado un gran polémica en Colombia
movida desde algunos sectores críticos
al proceso que han manifestado como ese trabajo de desminado se está haciendo
exclusivamente en los lugares de reagrupación de los diferentes frentes guerrilleros
mientras que una amplia zona de la geografía en donde probablemente se podrían
haber instalado estos artefactos explosivos,
no se han tenido en cuenta dejando en
gran vulnerabilidad a una población, la mayoría campesina que tras volver mucha de ella a sus
anteriores parcelas o fincas tendrá que enfrentarse al riesgo de encontrándose uno de esos terribles y letales explosivos en su camino, escribiendo un nuevo
drama de dolor en una historia de destrucción y sufrimiento que pretende cerrase
en este país.
Según la declaraciones entregadas a
la opinión pública por la senadora Sofía Gaviria “lo que se ha vendido
que el Orejón es un paradigma del desminado es una mentira y según ella afirma
solo se ha desminado en donde las FARC se va a concentrar, estando el resto del mapa del Orejón
y de Briceño minado. La pregunta que surge aquí es, si las FARC saben donde están
las minas porque no revelan el mapa completo para su inmediata ubicación
y destrucción.
Según estadísticas de organizaciones
internacionales confrontadas por el gobierno colombiano de los mil ciento veintitrés
municipios hay un número que se aproxima a 700
con minas sembradas, siendo Colombia el segundo país después de
Afganistán con más explosivos en su
territorio, destacando como de los más de 11 mil afectados 10% son niños de los
cuales 79% quedaron heridos, mutilados y
21% murieron al explotar el artefacto.