jueves, 12 de mayo de 2022

Salud y naturaleza,el mayor capital de nuevo milenio

 


Imagen tomada de bienestarcolsanitas.com

La salud y la naturaleza son el mayor capital del nuevo milenio,es algo que devela los últimos acontecimientos que han conducido a que el mundo entero centre su atención en los temas relacionados con la salud y la forma de generar inmunidad frente a los virus que atentan contra el ser humano.

De esta forma la salud de la mano con la naturaleza, se han convertido en un factor fundamental en la economía y sus proyecciones.

Los hechos que han ocurrido últimamente han demostrado cuan frágiles pueden ser los sistemas económicos ante la acción invisible de un virus que ha llevado a grandes organizaciones empresariales al colapso.

Cierres de fronteras, restricción en la movilidad, aislamiento y otras medidas, hicieron que varios sectores de la productividad fueran puestos contra la pared.

Ante la ecatombe que se produjo solo quedó la oportunidad de quienes encontraron en la virtualidad la posibilidad de incrementar sus negocios, ventas e ingresos al disminuir costos por contratación de personal y potencializar el uso del internet y de las redes sociales.

Pero, indudablemente lo que si ha quedado muy claro es que el mayor capital que en este momento se tiene, está en la salud de la mano con la naturaleza con todos los medios que aseguran la protección e inmunidad al cuerpo de cada persona.

En el anterior sentido,la alimentación se halla en un primer renglón, pudiendo afirmar como dice la máxima del padre de la medicina griega Hipócrates:"Que lo que comas sea tu medicina y tu medicina sea lo que comas".

En la comida está el gran secreto 

Para hallar aquella inmunidad;ahora la pregunta es ¿que tan saludable es el alimento que se está consumiendo?

Frente a lo anterior, vitrinas y estanterías de hipermercados y tiendas de víveres y alimentos, muestran una variedad de productos,que dentro de su elaboración tienen una serie de preservativos, conservantes y colorantes, que escritos en letra muy menuda,dejan que el comprador pase por alto lo que está adquiriendo para consumir.

Algo para detenerse a pensar muy bien,si se considera que varios de esos ingredientes tienen prohibiciones de organismos sanitarios en algunos países en donde han sido, casi podría decirse, que vetados.

De allí que volver a mirar a los abonos,fertilizantes y plaguicidas que se producen con ingredientes de la naturaleza,se ha convertido en una exigencia para un mundo que demanda los frutos de la tierra producidos con elementos orgánicos.

Hecho que pone de nuevo la mirada en los ancestrales cultivadores de tierras, que como en América,paradójicamente fueron en el pasado presentados como incivilizados y totalmente inferiores de los conquistadores que los sometieron.

Anotando además que las prácticas de estos grupos aborígenes eran,como se dice actualmente,amigables con la naturaleza que ellos veían como sagrada en cada uno de los territorios en donde convivían.

Según testimonio de un buscador de tesoros indígenas,o como se diría en un país como Colombia,"un guaquero",cuando apenas comenzaba este oficio tentado por el afán de fortuna,se sorprendió cuando el guía de origen indígena que lo orientaba,se detuvo a pedirle el permiso a los árboles del bosque, antes de internarse en la espesura.

"¿Estaría loco el indio?",se decía a si mismo el guaquero, relataba en su testimonio,pero, finalmente pensó que seguramente podían estar mucho más locos quienes sin atender ningún permiso han talado inmensas extensiones de bosque.

Deforestación que ha llevado a la extinción de innumerables especies de fauna y flora, erosionando el suelo,y, propiciando los deslizamientos que ponen a temblar sobre las posibilidades de avalanchas que puedan arrasar comunidades ribereñas y hasta poblaciones enteras.


Artículo ampliado y reeditado publicado anteriormente.