Luto en el arte con fallecimiento de Sophia Vari esposa del maestro Fernando Botero, el más grande hoy del arte moderno, leyenda viva de la pintura y la escultura contemporanea.
Sophia Vari, pintora, escultora, joyera y collagista, fue la esposa que por 45 años acompañó al maestro Botero, en una relación en donde el arte fue el gran conector que unió la vida de una gran escultura con quien es hoy considerado el artista plástico vivo más reconocido en la esfera mundial, por el valor que representan sus obras.
Un encuentro inicial en el que el prestigio y la fama no fue lo que onnubiló a la artista griega, cuando la casualidad la llevó a conocerse con el artista en una cena dentro de un restaurante parisino.
Fue asi la personalidad del maestro Botero lo que la sedujo y al parecer le produjo el flechazo al corazón que la conquistó para constituir una unión indisoluble de cuatro décadas que solo la muerte pudo separar.
Su apellido de nacimiento era Canellopoulos, pero decidió cambiárselo por Vari, que era el de la pequeña ciudad griega, cerca de Atenas, en donde vio la luz en el año de 1940, pues según refería, deseaba evitar que la asociaran con un apellido que representaba una familia griega de poder político y empresarial.
Sophia se convirtió desde que se unió al maestro Botero en una auténtica interlocutora, en su apoyo fundamental y vital, a tal punto que algunos miembros del mundo del arte conocedores de la pareja de artistas, la definen a ella más que compañera, como el alma y el corazón de Fernando Botero.
Sophia Vari junto a dos de sus esculturas en Cartagena (Colombia).. Foto tomada de www.revistacredencial.com
Tanto el maestro Botero como Sophia Vari desarrollaron su obra de forma paralela, teniendo talleres en París, Pietrasanta, Mónaco y Nueva York.
Era lo más próximo a lo que se puede definir como la pareja ideal, que se comprende, apoya y disfruta cada momento de su existencia, desde los grandes espacios de exhibición de sus obras alrededor del mundo y particularmente en Europa y América, como también los serenos paseos en bicicleta por las estrechas y viejas calles en patrimoniales sitios de ciudades europeas.
Sus hijos tampoco fueron ajenos a la relación con la esposa de su padre y todos fueron acogidos con calidez por ella en su hogar.
De igual manera Ileana, la única hija que la artista había tenido en su primer matrimonio con el empresario griego Jean Bouboulis y su único nieto Pierre, físico nuclear,tenían unas buenas relaciones con el maestro y sus hijos Lina, Fernando y Juan Carlos.
Asi mismo Colombia representó para ella algo más que la tierra de su esposo, pues visitaba junto con el maestro Botero en diferentes ocasiones este país al que le demostraba gran afecto y gusto por su paisaje físico y cultural, a tal punto de recibir con inmensa complacencia su nacionalidad como ciudadana colombiana en el año de 2004.
Su formación como artista se dio en en Londres y París. Estudió Bellas Artes en L’École des Beaux Arts de París.
En cuanto a sus obras, han tenido la oportunidad de exhibirse en más de un centenar de exposiciones en diferentes lugares del mundo, y sus esculturas públicas se exhiben en las calles de Madrid, Roma, París, Atenas, Pietrasanta y Cartagena de Indias.
Entre las características que presenta su obra se encuentran unas particulares figuras geométricas y unas fuertes explosiones de color en medio de la sensualidad de sus formas.
Su fallecimiento se produjo en la madrugada, 3:30 a.m.. hora de Mónaco, debido a una enfermedad cancerígena, tras ser hospitalizada en Montecarlo.