María Antonia Ruiz por Jorge Restrepo.
El británico y la mujer afro que se hicieron héroes de la independencia americana, es una de las tantas historias que apenas hace relativamente poco tiempo han sido desempolvadas y sacadas de los archivos olvidados para hacer justicia,recuperando todos esos nombres de hombres y mujeres anónimos que tuvieron una participación decisiva en la lucha emancipadora americana, varios de los cuales llegaron a entregar su vida por la causa libertaria.
La historia tiene su inicio en el territorio de la Nueva Granada, hoy Colombia, en los años siguientes a 1810 en el momento que las fuerzas de los independentistas se enfrentaban al ejército monárquico español.
¿De qué manera llegan a convertirse un ciudadano del Reino Unido y una mujer negra, héroes de la independencia americana?
Los movimientos independentistas estaban en su furor en la América española, las guerras de Napoleón en Europa habían dejado muy golpeada a España, de hecho había sido invadida en su territorio por las huestes napoleónicas, obligando a abdicar al heredero a la corona española Fernando VII dejando un vacío de poder en las colonias americanas que fue aprovechado por los criollos americanos que deseaban participar en el gobierno de las colonias en América, ocupando cargos de dirección que estaban solamente destinados a los españoles nacidos en la península Ibérica, quienes eran nombrados por el rey.
Algo para recordar
Era el mes de mayo de 1808, las tropas francesas habían invadido el territorio español,Napoleón Bonaparte con presión y engaño obligó al joven rey español Fernando VII a entregarle de nuevo la corona a su padre el rey Carlos IV(que antes había abdicado a favor de su hijo Fernando),y quien al recibirla se la cedió a Bonaparte que designa como rey a su hermano José Bonaparte.
El joven rey Fernando VII sentía al parecer gran admiración por Napoleón, viéndolo como una especie de tutor que lo ayudaría a consolidar su poder.Mientras que su padre Carlos IV estaba completamente obnubilado por el emperador francés y se sentía incapaz de enfrentarlo.
De otra parte habilmente Bonaparte había sobornado al ministro Manuel Godoy, quien manejaba los hilos del poder en la corte española, ofreciéndole hacerle rey de Portugal si facilitaba el ingreso de las tropas francesas a España para invadir a los portugueses.
Esta jugada de Napoleón motivó que se cuestionara la soberanía del nuevo monarca sobre sus territorios y súbditos americanos, organizándose en España una Junta Central que resistió la invasión francesa.
Retrato de Napoleón Bonaparte durante las abdicaciones de Bayona, en donde mediante presión y engaño consigue arrebatarle la corona a Fernando VII.
Este hecho se convirtió en el momento propicio para que los criollos en las colonias de América, bajo la excusa de negar la fidelidad a Napoleón que ocupaba España, se decidieran a tomar las riendas del gobierno jurando fidelidad al rey español.
Sin embargo, finalmente los franceses logran ser repelidos por los españoles y luego de una corta y cruenta guerra de guerrillas son expulsados del territorio de España tras la batalla de Vitoria librada el 21 de junio de 1813 y que tuvo como comandante al británico Arthur Wesley (posterior Duque de Wellington), significando la última gran derrota de los franceses.
Este tras pies militar de las tropas francesas produjo finalmente que Napoleón retirara su ejército de España y entregara por el Tratado de Valençay el poder nuevamente al joven monarca Fernando VII.
Los americanos se habían adelantado a proclamar su autonomía del gobierno europeo
En América ya se habían dado varios movimientos de independencia que en principio reivindicaban al rey de España, jurándole lealtad,pero que en el fondo abogaban por tener un gobierno en manos de los criollos o hijos de españoles nacidos en América.
Esto fue visto con gran preocupación por el monarca que ascendió al poder en España, Fernando VII, quién emprendió la tarea de iniciar la reconquista del territorio, organizando un gran ejército al mando del general Pablo Morillo, veterano oficial español que había combatido contra Napoleón y quien llegó el 24 de mayo de 1816 con un fuerte contingente de unos 12000 hombres embarcados en 60 navíos, con piezas de artillería, caballería y avituallamiento, que le permitieron al ejército español fortalecerse y empezar a recuperar el territorio que estaba controlado por los independentistas que reclamaban su autonomía de España.
Fueron aproximadamente un poco más de 10 años, a partir de 1810 en la Nueva Granada, en donde comenzaron a darse los movimientos de independencia hasta 1824 en lo que corresponde a Centro América y Sudamérica.
En el territorio neogranadino(hoy Colombia), se habían librado batallas definitivas, pero en 1819 todavía había una gran resistencia que se concentraba particularmente en el sur de Colombia y en Ecuador, de allí la gran dificultad que había para lograr avanzar hacia el resto del continente. De esta manera el paso entre lo que era el territorio de la entonces provincia de Popayán que comprendía los departamentos del Valle, Cauca, Naríño, Quindío, Risaralda, Caldas, Putumayo, Caquetá, Vichada, Vaupés, Guainía y Amazonas, representaba un gran escollo que tenían las fuerzas republicanas, sufriendo muchas derrotas a manos de los aguerridos combatientes que habían jurado lealtad al rey de España.
Bahía y puerto sobre el Pacífico de Buenaventura en el siglo XIX Acevedo Latorre (comp.), Geografía Pintoresca de Colombia.
Así es que aparece la figura de un ciudadano británico que se convierte en protagonista de estos episodios independentistas, según el historiador Germán Patiño q.e.p.d, el británico John Runnel llegó desde el sur del continente hasta el puerto de Buenaventura a bordo de un barco capitaneado por el inglés Guillermo Brown. Runnel al parecer venía siendo perseguido por una nave española, de allí que decida desembarcar en Buenaventura con 25 marineros más.
Al llegar a este puerto colombiano sobre el mar Pacífico se encuentra con un ambiente algo convulsionado, se dice que Bolívar prácticamente había derrotado en Santa Fe de Bogotá a los españoles, pero que se tenía que combatir todavía en el sur para conseguir la independencia total.
Realmente gran parte del territorio seguía bajo el control de las fuerzas monárquicas, incluyendo la zona litoral del mar Pacífico, que era vigilada por buques de la armada española; de allí que Runnel llegara a escondidas para evitar ser detectado por las tropas españolas que tenían presencia en esta región marítima.
Este logra ponerse en contacto con algunos de los lugareños que emocionadamente hablan de la independencia y en lo que significaría para muchos de los que están en condiciones de esclavitud poder alcanzar su libertad, de allí que él se entusiasma y empieza a animar a muchos de estos hombres afro para que formen un grupo para pelear. La experiencia del navegante británico en el arte de la guerra le da una ventaja comparativa y le hace convertirse en el líder de un grupo que empieza a avanzar buscando la cabeza del ejército patriota que está próximo a enfrentarse a las fuerzas españolas en esta región.
Runnel comienza a avanzar, adentrándose en el territorio del Valle del Cauca y yendo por uno de los caminos se encuentra con un grupo de afros, entre esas personas que él ubica hay una mujer, su nombre es María Antonia Ruiz. Ella se entusiasma al encontrar que hay un líder tras el cual hay un grupo de varios afros que lo secundan. De allí que decida unirse a ellos. Esta mujer negra, robusta, fortachona, nacida en predios que hoy corresponden al municipio de Tuluá, tiene su razón para estar allí. Hacia unos años corriendo el año de 1813 su hijo Pedro José Ruiz se había sumado a las fuerzas patriotas comandadas por Antonio Nariño, en la expedición que lo iba a llevar a combatir en las batallas que se libraron en el sur de ese territorio; las primeras favorecieron a las fuerzas independentistas.
Sin embargo, finalmente el ejército republicano fue derrotado, Nariño fue apresado y Pedro José Ruiz junto con el coronel Carlos Montúfar, oficial ecuatoriano, fueron llevados hasta la ciudad de Buga en donde se les sometió a juicio y condenó a muerte, siendo fusilados Ruiz y Montufar el 31 de julio de 1817 frente al parque principal que hoy lleva el nombre del general José María Cabal, héroe de la independencia.
Edificio de los Portales en la carrera 14 entre calles 6 y 7 de Guadalajara de Buga, sitio en donde se produjo el fusilamiento del soldado afroamericano Pedro José Ruiz y del coronel ecuatoriano Carlos Montufar. Fotosdecolombia.co
Frente a esas personas que se aglomeraron para presenciar el fusilamiento, había una mujer con un manto que cubría su rostro, era la madre de Pedro José, María Antonia Ruiz, quien nunca olvidaría este momento fatídico y cruel en el que su hijo se despedía de este mundo sin ella poder siquiera acercarse a él para darle su última despedida.
Pero tendría que llegar el momento para hacer justicia y darle su merecido a los verdugos crueles que le habían quitado la vida a su entrañable hijo, quien tan solo había combatido por su libertad.
Representación teatral del fusilamiento con niños actores de la Institución Educativa María Antonia Ruiz de Tuluá.Foto de Gobernación del Valle del Cauca.
De esta manera es que María Antonia envalentonada por su deseo de justicia, marcha con Runnel y los otros afros de forma decidida para combatir contra el ejército español. Según los cronistas de la época eran menos de un millar de hombres precariamente armados, pues tan solo llevaban la mayoría de ellos armas blancas como machetes, cuchillos y lanzas, algunas elaboradas con árboles hallados durante el camino.
Pero su deseo de lucha era firme y, muy cerca a la ciudad de Buga en Sonso, se encuentran con la avanzada del general Joaquín Ricaurte, quien al ver al grupo de combatientes deseos de luchar, les encarga tomar la iniciativa en el combate contra las fuerzas españolas al mando del comandante español Miguel Rodríguez, quien contaba con lo que era considerado el grupo élite de las fuerzas del rey, constituidas en su gran mayoría por los Húsares del rey, que eran como los soldados de las fuerzas especiales del momento, quienes montados en unos grandes caballos cargaban con un gran y temible sable que utilizaban con destreza para decapitar y destrozar embistiendo con sus brillosos corceles todo lo que estuviera frente a ellos. Esta fuerza estaba integrada por unos 600 soldados de caballería profesionales, la mayoría veteranos de varios combates, más un grupo de infantería, quienes se enfrentaban con otro grupo de hombres inexpertos, deseosos de combatir, con apenas algunas lecciones en la disciplina de la guerra.
Casa de la hacienda de San Juanito en Guadalajara de Buga-Valle del Cauca-Colombia. Foto de Johnny Delgado M.,tomada de Diario Occidente.
Las fuerzas españolas estaban bien atrincheradas en la casona de la hacienda San Juanito, un predio ubicado en el patio trasero de la ciudad de Buga, a espaldas de su cementerio; allí esperaban a las fuerzas patriotas.
Todo estaba decidido y el combate debería darse, Ricaurte le da la orden a Runnel, quien inmediatamente emprende el ataque, atendiendo a su llamado en primera fila el soldado que puede decirse, tiene la actuación más decisiva en este combate, es María Antonia Ruiz, la negra guerrera que montando en una briosa yegua con una tea encendida en una de sus manos, levantada en alto, y, en su otra mano agarrando las riendas y portando una lanza, arremete con furia, desafiando los disparos de la fusilería, y asi, apenas alcanzando a ser cubierta por un grupo de fusileros de las fuerzas patriotas, logra avanzar para encender fuego sobre el techo pajizo de la casa en donde estaban atrincheradas las fuerzas españolas.
Calle de honor con soldados del batallón de Policía Militar N° 3 Eusebio Borrero Costa, ante el monumento a los héroes de la batalla de San Juanito en Guadalajara de Buga. Foto de Gobernación del Valle del Cauca.
El fuego inmediatamente se extiende por todo el caserón y empieza a hacer sus estragos, haciendo que los hombres salgan despavoridos y en ese instante Runnel ataca con la caballería que tenía a su disposición y la infantería que le acompaña, muchos soldados realistas caen en el feroz combate que se extiende hasta las 6 de la tarde y un poco más, ya cayendo la noche.
Placa conmemorativa y monumento a los héroes de la batalla de San Juanito en la hacienda que lleva su nombre en Guadalajara de Buga.
El comandante español Miguel Rodríguez y sus soldados, no tuvieron más opción que rendirse a las fuerzas republicanas.
La actuación heróica de María Antonia Ruiz había sido decisiva y el planeamiento del ataque de Runnel había sellado la victoria en la batalla de San Juanito.
John Runnel recibe el rango de coronel y María Antonia Ruiz pasa a la historia como la mujer que con su heroísmo ganó su libertad, dejando en alto el nombre de las mujeres afroamericanas.
Investigación: Marco Antonio Reyes