Foto ilustrativa tomada de elespectadorhn.com
La corrupción, ¿en qué países latinoamericanos está la mayor?es uno de los interrogantes que se presenta,observando uno de los mayores azotes que tiene postradas a las naciones de este hemisferio,en su mayoría de habla hispana,exceptuando Brasil de lengua portuguesa y algunas islas del Caribe como Jamaica y Haití, junto a las Antillas menores y otros pequeños países como Surinam y las Guyanas en Suramérica y Bélice en Centroamérica, de habla inglesa,francesa y nerlandesa.
Son diferentes los escándalos de corrupción que en países como Perú se han destapado, involucrando a varios presidentes y funcionarios de mediano y alto rango que se han visto envueltos en procesos judiciales, algunos privados de su libertad. Hecho que también ha ocurrido en otros países como Colombia y Brasil.
Coimas y sobornos a funcionarios públicos, sobornos en la contratación pública, malversación de fondos públicos, complicidad con organizaciones narcotraficantes y que delinquen,son algunos de los casos que se han dado a conocer por diferentes medios de prensa.
Los balances reflejan que en América Latina han sido muy lentos los progresos en un mapa mundial de la corrupción que presenta entre 180 países a Uruguay en el puesto 21 y a Venezuela entre los últimos, según un informe entregado por Transparencia Internacional.
En este panorama orbital en una escala de puntuación que va de 0 a 100 en una tabla donde los países de mayor puntuación son los de menores índices de corrupción, Dinamarca está a la cabeza como el menos corrupto con 88 puntos, junto con Nueva Zelanda,y en la posición 10 de los que tienen menos corrupción se encuentra Luxemburgo con 80 puntos.
De los diez estados menos corruptos,nueve son europeos, cuatro de ellos escandinavos y solamente uno es de Asia como lo es Singapur con 85 puntos.
En esta lista de los menos corruptos no se haya ningún país de África o América.
Los más y los que menos se perciben como corruptos
La percepción de los niveles de corrupción en los países de América Latina entrega unos resultados según una medición, dentro de esta puntuación que va del 100 a 0 con la mayores puntos para los de menor percepción de corrupción, arrojando los siguientes resultados:
Uruguay 73 puntos
Este país suramericano es percibido como el de menor corrupción en Latinoamérica,con un puntaje de 73 duplicando el promedio en Suramérica.
Los países con menor percepción de corrupción
Chile encabeza la lista como el segundo país con menor percepción de corrupción en América Latina y el Caribe.
Chile. * 67 puntos
Barbados 65 puntos
Bahamas 64 puntos
San Vicente
y las Granadinas. 59 puntos
Costa Rica 58 puntos
Santa Lucía 56 puntos
Dominica 55 puntos
Granada 53 puntos
Cuba 46 puntos
Jamaica 44 puntos
Trinidad y Tobago 41 puntos
Media regional* 41 puntos
Los países de mayor percepción de corrupción
Venezuela, Haití y Nicaragua cierran la lista como los países en Latinoamérica y el Caribe en donde en mayor grado se percibe la corrupción.Le siguen:
Colombia 39 puntos
Guyana 39 puntos
Surinam 39 puntos
Argentina 38 puntos
Brasil 38 puntos
Ecuador 36 puntos
Perú 36 puntos
Panamá 36 puntos
El Salvador 34 puntos
México 31 puntos
Bolivia 30 puntos
Paraguay 30 puntos
Rep.Dominicana 30 puntos
Guatemala 25 puntos
Honduras 23 puntos
Nicaragua * 20 puntos
Haití * 20 puntos
Venezuela * 14 puntos
Más leyes y represión pero sigue la corrupción
La creación de más leyes anticorrupción,la elevación de las condenas carcelarias y la agudización de los procedimientos para contratar con el Estado y vigilar a los funcionarios públicos han conseguido descubrír nichos de corrupción y hacer pagar condenas a funcionarios corruptos, pero no logran estirpar el mal que se ha transformado en toda una cultura que genera un sistema de complicidades, en donde llegar al servicio público para saquear se convierte en toda una empresa, al mejor estilo que practicaban los antiguos corsarios o piratas,algunos de los cuales conseguían las patentes de corso de monarcas; lo que les posibilitaba navegar con la autorización para atacar barcos de países considerados enemigos, asaltando a las embarcaciones en alta mar con los cargamentos de piedras, metales preciosos y mercancías.
De allí que las filiaciones políticas son en estos casos, parodiando este ejemplo,las patentes de corso que buscan los inescrupulosos que van con la intención de enriquecerse.
La situación es que paradójicamente el sistema montado como anticorrupción en naciones como Colombia, en lugar de cumplir plenamente con el fin para el que fue creado,termina torpedeando la labor del funcionario que llega con buenas intenciones de hacer obras, pero ante tantas trabas y auditorías,con el peligro de verse envuelto en una investigación,debe claudicar para dejarle el camino libre a quienes se han profesionalizado en el arte del "pirataje" en lo público y han formado sus equipos para conseguir sobornar en gran nivel y lograr así extraer las grandes tajadas del tesoro público.
Según un exfuncionario de Colombia,cuyo nombre solicitó ser omitido,"Con las leyes anticorrupción de este país en muchos casos a un servidor público le es más fácil ir a la cárcel por un lápiz o una silla que se pierda, que por miles de millones,pues con la plata todo se puede arreglar".