Por: Angela María Gómez R. Psicóloga especializada en Salud Ocupacional, certificada como Coach Ontológica.
¿Qué le pasa? No encuentra nada….
Y ahí estamos muchas veces, sin ver lo que salta a la vista, lo que es claro para quienes están por fuera de nosotros, ciegos frecuentemente con altas posibilidades de quedarnos desconcertadamente desconectados de nuestro ser, ante la falta de ese encuentro que en nuestro imaginario debe llegar a nosotros y no nosotros a él.
Me resuena esa frase de Sartre “Somos lo que hacemos, con lo que hicieron de nosotros” lo cual muchas veces nos sobrepasa. ¿Qué fue eso que hicieron, ¿cómo lo registro para que sirva a este mi ser incompleto, insatisfecho que no sabe, y si lo sabe no sabe que sabe, aunque parezca un trabalenguas, me siento inocente, aunque no lo sea, carente de sentido y propósito…?
Aquí es donde podríamos iniciar; haciéndonos responsables de lo que viene a continuación, pero para eso no podemos seguir siendo espectadores de nuestra propia vida, no podemos seguir responsabilizando a los otros de lo que nos sigue pasando con la familia, con el trabajo, con el jefe, con el compañero, con la edad, con el dinero, con la política, con la pareja, con los hijos, con los amigos, con la ciudad, con el clima, con la política, con el peso, con la vida y hasta con la misma muerte que me asecha silenciosamente también.
Si me ateviera a verme podría elegirme siempre y re orientar mi historia viendo más allá de dónde alcanza la mirada.
Sin embargo, estamos condicionados para mirar y posicionarnos en arquetipos carentes de poder que deben ser sumisos y resignarse a lo que se considera es nuestro destino, la voluntad de Dios o más coloquialmente la realidad en que nací, declarándome víctima indefensa e inocente. Esta posición malsana es altamente peligrosa porque evade la libertad y responsabilidad que tenemos todos con nosotros mismos, entregando a un otro que no existe y que además alimentamos con la esperanza de que nos proteja y evite vernos como posibilidad.
Esta reflexión bastante filosófica y con fondo psicológico nos posiciona en el niño que todos tenemos y que busca constantemente la aprobación del padre que llega a correlacionarse con el trabajo. Siendo este una fuente de poder y desarrollo que me proporciona la posibilidad de convertirme en un adulto responsable capaz y generador de posibilidades. Sin embargo, si hay conflicto con la figura del padre como de alguna manera siempre lo hay, esto contribuirá a un déficit en mi liderazgo y me encontraré confrontando continuamente mis propias limitaciones en el ambiente laboral, temeroso, preocupado, inmaduro e incompleto por la continua necesidad de…
El afrontamiento es una de las técnicas más eficaces para prevenir el riesgo psicosocial, pero no basta con introducirlo y evaluarlo, se requiere interiorizar herramientas que contribuyan a un autoconocimiento profundo que me permita ver lo que hasta ahora solo ha sido mirado, únicamente así, habrá crecimiento y desarrollo personal, ético, moral y profesional.
Las empresas hoy están siendo más conscientes de esta necesidad y buscan apoyo de un profesional de la psicología, coach ontológico o consultor para desarrollar autonomía y valores significativos que generen impacto y compromiso genuino en sus colaboradores frente a los nuevos retos que estamos llamados a asumir sin retorno.