La alegría de ser insultado y calumniado ¿es masoquismo?,es la pregunta que cualquiera se pudiera hacer pues se puede pensar que tiene algo de loco y de desajuste en su mente aquel que se sienta bien luego de haber sido insultado o calumniado.
En este orden de ideas un terapeuta podría afirmar que una persona que acepte esto con tranquilidad es alguien con una baja autoestima.
Pues bien, esta afirmación controversial fue pronunciada por boca del maestro universal Jesús de Nazareth, cuando subiendo a un pequeño monte, al parecer cerca a la ciudad de Cafarnaum en Israel, dijo uno de los sermones que se convierte en una de las columnas vertebrales de su predicación, conocido como el Sermón del Monte, de la Montaña o las Bienaventuranzas, cuyo texto se encuentra en el evangelio de San Mateo Capítulo 5, Versículo 1; 7, 28.
El tema es que la enseñanza del maestro Jesús tiene en su paradoja la perla de gran valor guardada que hay que descubrir.
Asi es como el texto completo relatado por el evangelista Mateo dice:
"Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».
La cuestión es que la alegría de recibir el agravio parte del hecho que se da por asumir una posición con base en el fundamento del mensaje de Jesús, que es el amor.
Porque si se mira con detenimiento cada una de las enseñanzas de Jesús, el denominador común es el amor visto como: interés y acción en favor de los que más sufren la enfermedad, la marginalidad, la pobreza, el abandono,la exclusión social,la desventura, el infortunio y las injusticias.
Osea que la alegría está en la convicción de saber que al actuar con amor, asi el resto del mundo lo vea como un error o una desfachatez, se está cumpliendo con el propósito esencial de la vida.
Ahora, viene la pregunta,¿qué tanta felicidad dan los actos de amor, si estos pueden aveces incomodar?
El asunto es que una cosa es un momento placentero que cualquiera puede tener disfrutando de una compañía, una cena, un espectáculo, un paseo o una celebración y otra es un rapto de alegría que no tiene que de primer momento ofrecer un goce a los sentidos físicos pero si al espíritu, que terminará gradualmente envolviendo todo el ser de la persona,dejando una sensación que perdure por mucho tiempo.
Los momentos de placer son efímeros,mientras que los instantes de felicidad perduran, porque el goce de ellos está en el espíritu que para la fe de los que creen en Jesús nunca muere y su recompensa es eterna.
El meollo del asunto que plantea Jesús en lugar de ser un sufrimiento masoquista,asumiendo los golpes con una mentalidad enfermiza de sumisión y complacencia,es la certeza y alegría de saber que se está obrando desde la verdad que le da la significación plena a la existencia.