Volcán Nevado del Ruiz. Foto del Sistema Geológico Colombiano.
El Nevado del Ruiz representa un pasado para nunca olvidar en Colombia, que hoy nuevamente recupera la memoria de una de las peores tragedias de su historia, con el rugir temeroso que desde la entrañas de fuego hace un gigante que despierta nuevamente, luego de que casi tres décadas atrás una madrugada de un 13 de noviembre de 1985 una avalancha de lodo sepultara completamente la población de Armero, borrándola del mapa, segando la vida de 25.000 personas de esta localidad y poblaciones circunvecinas.
De esta forma desde el cráter del volcán en la cima del pico nevado a más de 5.321 metros de altura sobre el nivel del mar, emerge nuevamente la ceniza que según uno de los puntos de observación ha superado los 1.700 metros en las últimas semanas.
El olor azufrado se esparce sobre las inmediaciones del volcán con los vientos, que han generado que el material volcánico llegue hasta los municipios próximos ocasionando afectación en la calidad del aire que se respira.
La situación ha propiciado que se decrete la alerta naranja, estableciendo medidas para la evacuación de las familias y personas del área circundante.
Hecho que obliga también el traslado del ganado y de los animales de granja, por los que varios de los propietarios se han resistido a dejar sus predios, ante la desconfianza de perder sus medios de sostenibilidad, quedando sin nada para sobrevivir, enfrentándose de forma paradójica a poder ser sepultados por la furia del volcán, de llegarse a producir una gran erupción.
En este éxodo obligatorio se incluye una gran fauna silvestre, entre la que se encuentra una serie de especies animales como las águilas de páramo, el emblemático cóndor de los Andes, los barranqueros de páramo, los colibríes y liebres silvestres, que deben ser evacuadas.
La labor es grande para los organismos ambientales en la medida que se debe trabajar en la adecuación de los centros de recepción de fauna silvestre y en la parte operativa para garantizar el rescate de fauna en caso de darse la emergencia.
Son cinco los departamentos que están en alerta como son: Caldas, Tolima, Risaralda, Quindío y Cundinamarca.
Es de esta forma como de nuevo se pone a prueba la eficacia y la acción diligente de los organismos del Estado colombiano, ante una emergencia inminente, que en este caso debe tener a todos las respectivas entidades de los gobiernos locales, departamentales y nacionales preparados para atender en primer orden a los evacuados, aportándole las garantías para que ellos puedan salir de sus predios, salvando sus vidas y rescatando el fruto de su trabajo, con su reubicación y auxilio para obtención de vivienda y nuevos predios para desarrollar sus actividades productivas.
Lo historia triste de Armero jamás se puede volver a repetir, como se dio, cuando frente a tantas improvisaciones y falta de respuesta, se imposibilitó que se pudieran salvar muchas vidas.